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Tenemos ante nosotros una novela escrita entre los años 1871-1872 y que fue una de las pioneras en su género vampírico, sirviendo de referencia para otros aclamados éxitos como “Drácula” de Bram Stoker. También fue una de las primeras historias en romantizar el mito del vampiro, y en incluir una relación LGTB. Dicho relato comienza cuando un carruaje tiene un desafortunado accidente donde viajan madre e hija, y la madre de ésta, se ve obligada a fiar a su hija, Carmilla, al padre de Laura, nuestra protagonista. Tanto el padre de Laura como las sirvientas del castillo, acogen a la joven con mucha amabilidad y hospitalidad, mientras su madre prosigue con el viaje bajo la promesa de que en cuanto acabe con los asuntos que la han llevado hasta allí, volverá a por ella. Laura se ve muy atraída por Carmilla, ya que en el castillo o “schloss” se sentía muy sola, y esta amiga espontanea le llena de color sus días grises. Carmilla y Laura pronto se convierten en amigas inseparables, y aunque a Laura le resulte un poco inquietante su anfitriona, no deja de mirarla y sentirse atraía por su presencia, tanto que llega a creer haberla visto en sueños mucho tiempo antes de que Carmilla irrumpiera en el castillo. Pero como la historia es bastante cortita, pronto comenzaremos a presenciar sucesos muy extraños e inexplicables, y no querremos dejar de leer hasta el final. |
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