Nuncanoche de Jay Kristoff
A veces la debilidad es un arma, si eres lo bastante lista como para usarla.
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Nuncanoche de Jay Kristoff
A veces la debilidad es un arma, si eres lo bastante lista como para usarla.
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Nuncanoche de Jay Kristoff
(...) podía hacer maravillas con una ceja enarcada. Expresar enojo. Curiosidad. Algo similar al entretenimiento.
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Nuncanoche de Jay Kristoff
Ella debería preguntarse a qué está dispuesta a renunciar por las cosas que quiere. Y cuáles desea conservar. Pues cuando alimentamos con otra vida a las Fauces, estamos entregándoles también una parte de nosotros mismos. Y tarda poco en no quedar nada.
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Nuncanoche de Jay Kristoff
—El toque suave. La mirada que permanece. Los susurros de nada que lo significan todo. Esas son las armas que voy a entregarte.
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Nuncanoche de Jay Kristoff
—Tú ya entiendes lo que es anhelar, amor. Y muy pronto comprenderás cuánto poder otorga saber infundir ese anhelo en los demás.
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Nuncanoche de Jay Kristoff
—¿Cómo lo haces para no desorientarte aquí dentro? —preguntó. La mujer pasó un dedo por las tallas en espiral de las paredes. —Naev lee. Mia tocó la piedra helada. —¿Esto son palabras? —Más que eso. Son un poema. Una canción. —¿De qué trata? —De encontrar el camino en la oscuridad. —Yo me conformo con encontrar la biblioteca. Mis ojos están a punto de irse a la cama sin mí. |
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Nuncanoche de Jay Kristoff
… mis disculpas, no había sido informado de que quedo relegado al papel de alivio cómico…
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Nuncanoche de Jay Kristoff
Pero esta es la verdad, gentiles amigos, tenga la cantidad de soles que tenga vuestro cielo. En el fondo, en este mundo o en cualquier otro, solo viven dos tipos de personas: los que huyen y los que pelean.
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Nuncanoche de Jay Kristoff
La embargó un escalofrío. No por la idea de morir, ojo, porque en realidad ningún niño se cree menos que inmortal.
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Nuncanoche de Jay Kristoff
Algo la había seguido desde aquel lugar. Desde el lugar que estaba encima de la música, donde había muerto su padre. Algo hambriento. Una larva ciega de conciencia que soñaba con hombros coronados por alas traslúcidas.
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Nuncanoche de Jay Kristoff
Los ojos se le llenaron de lágrimas que emborronaron el mundo hasta dejarlo sin forma.
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Nuncanoche de Jay Kristoff
(...) sus ojos. Azules como el cielo quemado por los soles. Relucientes como estrellas en la quietud de la veroscuridad.
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Nuncanoche de Jay Kristoff
Ya es bastante intenso ver cómo una persona resbala desde el potencial de la vida y cae a la finalidad de la muerte, pero lo es muchísimo más ser quien la empuja.
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