La catedral del mar de Ildefonso Falcones
Hay algo que nunca cambiará en la historia: el que tiene dinero quiere más, nunca lo ha regalado y nunca lo hará
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La catedral del mar de Ildefonso Falcones
Hay algo que nunca cambiará en la historia: el que tiene dinero quiere más, nunca lo ha regalado y nunca lo hará
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Los herederos de la tierra de Ildefonso Falcones
La fidelidad para los grandes, de aquí o de allá, es una virtud demasiado voluble.
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Los herederos de la tierra de Ildefonso Falcones
Este templo es propiedad del pueblo. No pertenece al rey ni a la ciudad, ni siquiera a la iglesia... y mucho menos a los nobles como tú, y el pueblo te prohíbe el acceso a Santa María de la Mar.
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Los herederos de la tierra de Ildefonso Falcones
En ocasiones los reyes tenemos que adoptar decisiones injustas por un bien mayor como pudiera ser el del pueblo o el del rey mismo.
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Los herederos de la tierra de Ildefonso Falcones
Las peleas entre los grandes siempre perjudican a los pobres.
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Los herederos de la tierra de Ildefonso Falcones
¿Para qué quieres ser rico sí no es para ayudar a quienes sufren?
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La mano de Fátima de Ildefonso Falcones
Luchar, con el honor como bandera, sólo podían permitírselo los muy ricos, los muy pobres o los insensatos.
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La catedral del mar de Ildefonso Falcones
Pues bien, Arnau, no sé si será el mejor templo del mundo. Lo que te aseguro es que será único, y lo único no es ni mejor ni peor, es simplemente eso: único.
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La catedral del mar de Ildefonso Falcones
Nunca te fíes de los que dicen servir a Dios. Te hablará con serenidad y buenas palabras, tan cultas que no alcanzarás a entenderlas. Tratarán de convencerte con argumentos que sólo ellos saben hilvanar hasta adueñarse de tu razón y tu conciencia. Se presentarán a ti como hombres bondadosos que dirán querer salvarnos del mal y de la tentación, pero en realidad su opinión sobre nosotros está escrita y todos ellos, como soldados de Cristo que se llaman, siguen con fidelidad aquello que está escrito en los libros. Sus palabras son excusas y sus razones, idénticas a las que tú podrías darle a un mocoso.
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La catedral del mar de Ildefonso Falcones
No somos más que juguetes en manos de los nobles. Deciden sobre sus asuntos sin importarles cuántas muertes o cuánta miseria puedan acarrear a los demás.
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Gregorio Samsa es un ...