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Ritos funerarios de Hannah Kent
Aunque he hecho todo lo posible, he sido pasto una y otra vez del desastre; el destino me ha clavado su cuchillo hasta la empuñadura.
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Ritos funerarios de Hannah Kent
Aunque he hecho todo lo posible, he sido pasto una y otra vez del desastre; el destino me ha clavado su cuchillo hasta la empuñadura.
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Ritos funerarios de Hannah Kent
Yo callo. Estoy decidida a cerrarme al mundo, a endurecer mi corazón y a aferrarme a lo que todavía no me han robado. No puedo desfallecer. Me aferraré a lo que soy por dentro, me asiré con fuerza a todas las cosas que he visto, oído y sentido. Los poemas compuestos mientras lavaba y segaba y cocinaba hasta tener las manos en carne viva. Las sagas que me sé de memoria. Voy a hundir todo lo que he perdido y a sumergirme en el agua.
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Ritos funerarios de Hannah Kent
Criminal. La palabra se queda suspendida en el aire. Pesada, inmune a las embestidas del viento. Quiero negar con la cabeza. Esa palabra no me corresponde, quiero decirle. No se ajusta a mí ni a quien soy. La mía es otra, esa palabra le corresponde a otra persona. Pero ¿qué sentido tiene protestar por el lenguaje?
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Devoción de Hannah Kent
¿Por qué se molestan los hombres en construir iglesias cuando podrían levantar catedrales hechas de cielo y agua?
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Ritos funerarios de Hannah Kent
¿Qué es Dios si no una distracción de la ciénaga en que estamos todos atrapados? Todos somos náufragos. Varados en un barrizal de pobreza.
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Ritos funerarios de Hannah Kent
Dicen que debo morir. Dicen que le robé el aliento a unos hombres y que ahora ellos deben robarme el mío.
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Los Buenos de Hannah Kent
Mejor búscate una cara sin arrugas en el ceño y con los ojos llenos de patas de gallo. O bien llevan toda la vida mirando al sol, o son personas amables, y ya sea trabajar los campos o sonreír lo que les hace tener la cara así, puedes estar segura de que con ellas estarás mejor
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Los Buenos de Hannah Kent
No había tiempo para llorar cuando hacía falta aguardiente, pipas de arcilla y asientos. Nora sabía que la muerte daba a la gente deseos de fumar, beber y comer, como si atendiendo a sus pulmones y estómagos se aseguraran la buena salud, la certidumbre de que seguían vivos.
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