El escritor, creador del nuevo periodismo, publica 'Bartleby y yo', una última declaración de amor a los personajes secundarios que han construido la historia de Nueva York.
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El escritor, creador del nuevo periodismo, publica 'Bartleby y yo', una última declaración de amor a los personajes secundarios que han construido la historia de Nueva York.
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El 7 de enero de 1980, Gay Talese recibió una carta de un hombre que le comentaba que había comprado un motel en Denver y espiaba a sus huéspedes. Treinta y seis años después, el escritor publicó el libro que tengo entre manos. En él se describe la vida de Gerald Foos, se transcriben muchas de las partes que escribió de su "Diario de un voyeur" y se dan a conocer las costumbres de sus visitantes.
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El motel del voyeur narra la vida de Gerald Foos, que, desde su juventud, tenía una fijación por observar la actividad sexual y, sobretodo, una obsesión por convertirse en un voyeur residente. Compró un motel de 21 habitaciones en Colorado y con la ayuda de su primera esposa, lo adecuó para poder espiar a sus visitantes. Foos estuvo mirando y catalogando las actividades de sus visitantes durante décadas y cada conversación o actividad sexual entre los huéspedes se registraba en su manuscrito, titulado “Diario de un voyeur”. Cuando años más tarde escribió a Talese, éste decidió visitar el motel para corroborar su existencia, llegando incluso a presenciar una de las sesiones de observación ⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀ La novela tiene una narración fluida que ayuda a contar una historia polémica con un dinamismo difícil de encontrar. Talese escoge relatos que expresan la naturaleza del ser humano y las relaciones sociales e interpersonales inscritas en el Diario de un voyeur, y al final, deja al lector la decisión de aceptar los hechos como reales o no. Enlace: https://www.instagram.com/p/.. + Leer más |
Cuando leo ficción, una parte de mi criterio se basa en la experiencia emocional que he vivido con el libro. Jamás me he parado a pensar que eso no puede ocurrirme con las novelas de no ficción. Nunca es bueno forzara un lector a leer algo que no le interesa, es mejor que dicho lector encuentre un tema de interés en el que, por fin, pueda iniciarse en dicho tema sin otra cosa que su propio interés: esto es lo que me sucedió a mí. Hasta que no llegué a este libro jamás me interesó la no ficción. Tenía el prejuicio de que eran parecidas a los libros de auto ayuda: se explicaba muchos conceptos descritos de forma científica y que sólo el escritor entiende. Reconozco que le entré al libro por una curiosidad morbosa que llevo encima desde que tengo uso de razón. Encontré de todo. En El motel del voyeur encontramos a un hombre en apariencia normal frente a sus clientes, pero bajo esa capa de normalidad habita un hombre que le gusta mirar a esos mismos clientes cuando entran en sus habitaciones y “se quitan la máscara” por así decirlo. Este señor, para mí un loco muy cuerdo, vio de todo, tanto, que no me resultó extraño que su percepción de la vida cambiase para mal. El ser humano es una persona hipócritamente moralista. Necesitamos con desesperación ser aceptados por una sociedad igualmente hipócrita y tendemos a seguir el redil aún si sus propios ideales van en contra de lo que se predica. Esta idea, aunque se explica de otra forma en el libro, es lo que el voyeur percibe cada vez que sube a su desván con la intensión de mirar qué travesuras hacen sus inquilinos de paso. Hay muchos testimonios de encuentros sexuales; la verdadera intensión del voyeur era ésta, acechar gente teniendo sexo ya sea consigo misma, en pareja o en grupo. Pero también hay testimonios divertidos y otros que ponen en juicio la moralidad y el deber como ser humano, tanto del voyeur como del propio Gay, el autor de este libro. Y es que, se puede ser un voyeur confeso y sin remedio siempre y cuando nadie se entere, porque como dice el dicho “ojos que no ven, corazón que no siente” pero ¿sacrificarías tu secreto a cambio de hacer un bien? Ser un voyeur también tiene sus límites. Pero también te pone a prueba. Al final, lo que importa son las decisiones que tomas y acarrear con ellas. Hay un punto importante que toca el voyeur casi al final del libro y es con referencia a 1984 y las nuevas estrategias (obsesión) del gobierno americano en colocar cámaras por doquier, invadiendo no sólo la privacidad del ciudadano, sino tomando información con descaro de dicho ciudadano y disfrazarlo con la excusa de “pillar a nuevos terroristas”. La comparativa que hace Gerald (el voyeur), entre este tipo de voyerismo violento y aceptable con el suyo propio es interesante. También es interesante la conclusión al a que llega Gerald como consecuencia de todos esos años de “mirón”. una conclusión que todos nosotros sabemos, pero que no somos conscientes de ello hasta que lo vivimos en nuestras propias carnes. Recomiendo su lectura. + Leer más |
Obra de Gay Talese(1932), periodista en The New York Times entre 1956 y 1965 y, desde entonces, ha escrito para The Times, Esquire, The New Yorker, Harper’s Magazine y otras publicaciones estadounidenses. Junto con Tom Wolfe, es considerado el pionero del Nuevo Periodismo. En 1980 su autor recibe una carta de Gerald Foos, un exmilitar que le escribe para contarle que ha adquirido Manor House, un motel en Colorado, en el que ha acondicionado un falso techo con una rendija para poder espiar a sus clientes. Todo esto según el propio Foos con fines sociológicos pues se considera a sí mismo un pionero de los estudios "acerca del comportamiento sexual de los estadounidenses". Tras una visita del periodista su relación se mantiene vía epistolar durante décadas, años en los que le envía los diarios y cuadernos en los que anota todo lo que ve tras esa rendija. Con descripciones de lo más explícitas, va desgranando la revolución sexual americana de finales de los años 80 y principio de los 90, llena de polémica por suscitar un debate más que merecido acerca de los límites de la privacidad y la veracidad de los datos aportados por Gerald Foss y el propio Gay Talese. Si bien es cierto que la lectura logra enganchar al lector apelando a su curiosidad, a medida que el texto avanza pierde fuerza aunque mantiene la línea narrativa hasta el final. Más que recordarlo como un libro sobre la evolución de la sexualidad americana, lo recordaré por el escándalo que supuso su publicación en 2016, y lo recomendaría como ejemplo de una novela de no ficción cuestionada por su método, sus fuentes y la veracidad de sus datos. Animo a todos aquellos interesados a indagar sobre esta novela (hay un asesinato de por medio) sobre la que se han escrito varios artículos muy interesantes y que además también cuenta con su propio documental en Netflix. Eso sí, por mera curiosidad lectora repetiré con Gay Talese. Enlace: https://www.instagram.com/sr.. + Leer más |
El periodista Gay Talese recibe la carta de un dueño de un motel en Denver. La sorpresa del periodista, al abrir la carta, es que el dueño del motel le confiesa haber equipado toda la infraestructura para poder ejercer el voyerismo. El propietario le relata al periodista su historia con el motel, y le cuenta que ha establecido un laboratorio de observación en el desván del edificio. Gay Talese decide viajar al motel para observar todo con sus propios ojos, dónde comprueba que el propietario no sólo cuenta la verdad, sino que incluso ya sido capaz de elaborar informes sobre lo observado. El libro combina la historia personal del propietario con sus hallazgos en el motel. Y es que a parte de observar las rutinas de sus huéspedes, como el sexo o las conversaciones arbitrarias, esas paredes esconden algunos secretos importantes. ¿Se puede ser cómplice de algo si no saben que te están observando? |
La obra describe las historias humanas que rodearon el levantamiento del puente que une Brooklyn con Staten Island. Considerada una de las cumbres del periodismo del siglo XX.
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«Cuentos con nombres reales» es la máxima que ha desarrollado Talese a la hora de hacer un relato en el que incorpora recursos literarios al lenguaje periodístico y da voz a sus personajes mediante escenas y diálogos para captar la esencia humana que excede a la pura noticia.
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No sé donde tuve la oportunidad de leer que Gay Talese era un periodista con una narración excepcional. Eso y que el libro venía precedido de una introducción que llamo mi atención de forma poderosa fueron suficientes argumentos para adentrarme en su lectura. Una obra maestra. La transformación cultural y sociológica que se produce entre los años cincuenta y setenta del siglo pasado en los americanos de clase media sobre la manera de entender y vivir la sexualidad es el hilo conductor de una obra donde cada una de las personas descritas es real, con experiencias y sentimientos de verdad y de la mano de un Talese que engarza historias diferentes de una forma sublime. No es una opción no disfrutarlo. |
Gregorio Samsa es un ...