El túnel de Ernesto Sábato
Es curioso pero vivir consiste en construir futuros recuerdos; ahora mismo aquí frente al mar, sé que estoy preparando recuerdos minuciosos, que alguna vez me traerán la melancolía y la desesperanza
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El túnel de Ernesto Sábato
Es curioso pero vivir consiste en construir futuros recuerdos; ahora mismo aquí frente al mar, sé que estoy preparando recuerdos minuciosos, que alguna vez me traerán la melancolía y la desesperanza
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Sobre héroes y tumbas de Ernesto Sábato
En cuanto a lo que Méndez piensa de Borges... Se sonrió. —Dicen que es poco argentino —comentó Martín. —¿Qué podría ser sino argentino? Es un típico producto nacional. Hasta su europeísmo es nacional. Un europeo no es europeísta: es europeo, sencillamente. |
Sobre héroes y tumbas de Ernesto Sábato
Es curioso la calidad e importancia que en este país tiene la literatura fantástica —dijo—. ¿A qué podrá deberse? Tímidamente Martín le preguntó si no podía ser consecuencia de nuestra desagradable realidad, una evasión. |
Ernesto Sábato
Creo que la verdad está bien en las matemáticas, en la química, en la filosofía. No en la vida. En la vida es mas importante la ilusión, la imaginación, el deseo, la esperanza.
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Ernesto Sábato
La frase 'todo tiempo pasado fue mejor' no indica que antes sucedieran menos cosas malas, sino que -felizmente- la gente las echa en el olvido.
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El túnel de Ernesto Sábato
A pesar de todo, el hombre tiene tanto apego a lo que existe, que prefiere finalmente soportar su imperfección y el dolor que causa su fealdad, antes que aniquilar su fantasmagoría con un acto de propia voluntad. Y suele resultar, también, que cuando hemos llegado hasta ese borde de la desesperación que precede al suicidio, por haber agotado el inventario de todo lo que es malo y haber llegado al punto en el que el mal es insuperable, cualquier elemento bueno, por pequeño que sea, adquiere un desproporcionado valor, termina por hacerse decisivo y nos aferramos a él como nos agarraríamos desesperadamente de cualquier hierba ante el peligro de rodar en un abismo.
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Abaddón el exterminador de Ernesto Sábato
Todo era distinto, pero acaso todo era igual en el fondo. Crecerían, tendrían ilusiones, se enamoraría, disputarían la existencia con ferocidad, sus mujeres engordarían y se volverían vulgares, ellos retornarían al café y a la antigua barra de amigos (ahora canosos, calvos, escépticos) y luego sus hijos también se casarían y por fin llegaría el momento de la muerte, el solitario instante en el que se abandona esta tierra confusa: solos
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Abaddón el exterminador de Ernesto Sábato
Y así terminó un día más en Buenos Aires, algo irrecuperable para siempre, algo que lo acercaba un poco más a su propia muerte
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Abaddón el exterminador de Ernesto Sábato
Escribir sobre ciertos adolescentes, los seres que más sufren en este mundo implacable, los más merecedores de algo que a la vez describiera su drama y el sentido de sus sufrimientos, si es que alguno tenían.
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Abaddón el exterminador de Ernesto Sábato
Las gaviotas iban y venían, como siempre, con la atroz indiferencia de las fuerzas naturales.
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El túnel de Ernesto Sábato
(...) mientras oía los latidos de su corazón junto a mis oídos y mientras su mano acariciaba mis cabellos, sombríos pensamientos se movían en la oscuridad de mi cabeza, como en un sótano pantanoso; esperaban el momento de salir, chapoteando, gruñendo sordamente en el barro.
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El túnel de Ernesto Sábato
Y suele resultar, también, que cuando hemos llegado hasta ese borde de la desesperación que precede al suicidio, por haber agotado el inventario de todo lo que es malo y haber llegado al punto en que el mal es insuperable, cualquier elemento bueno, por pequeño que sea, adquiere un desproporcionado valor, termina por hacerse decisivo y nos aferramos a él como nos agarraríamos desesperadamente de cualquier hierba ante el peligro de rodar en un abismo.
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El túnel de Ernesto Sábato
María lloraba en silencio y miraba hacía el suelo. -Sos increíblemente cruel- pudo decir, al fin. |
El túnel de Ernesto Sábato
El mar estaba ahí, permanente y rabioso. Mi llanto de entonces, inútil; también inútiles mis esperas en la playa solitaria, mirando tenazmente el mar.
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El túnel de Ernesto Sábato
El mundo había sido, hace unos instantes, un caos de objetos y seres inútiles.
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El túnel de Ernesto Sábato
Bastará decir que soy Juan Pablo Castel, el pintor que mató a María Iribarne.
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El túnel de Ernesto Sábato
Y entonces, mientras yo avanzaba siempre por mi pasadizo, ella vivía afuera su vida normal [...] y a veces sucedía que cuando yo pasaba frente a una de mis ventanas ella estaba esperándome [...] pero a veces sucedía que ella no llegaba a tiempo o se olvidaba de este pobre ser encajonado [...] Y entonces sentía que mi destino era infinitamente más solitario que lo que había imaginado.
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El túnel de Ernesto Sábato
Y en uno de esos trozos transparentes del muro de piedra yo había visto a esta muchacha y había creído ingenuamente que venía por otro túnel paralelo al mío, cuando en realidad pertenecía al ancho mundo, al mundo sin límites de los que no viven en túneles; y quizá se había acercado por curiosidad a una de mis extrañas ventanas y había entrevisto el espectáculo de mi insalvable soledad, o le había intrigado el lenguaje mudo, la clave de mi cuadro.
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El túnel de Ernesto Sábato
[...] y toda la historia de los pasadizos era una ridícula invención o creencia mía y en todo caso había un solo túnel, oscuro y solitario: el mío, el túnel en que había transcurrido mi infancia, mi juventud, toda mi vida.
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¿Con qué frase empieza esta novela?