Ruido de fondo de Don DeLillo
Continuó observándome recelosamente, escrutando mi rostro en busca de seguridad frente a un peligro real, una seguridad que inmediatamente habría rechazado como falsa. Era uno de sus trucos favoritos.
|
Ruido de fondo de Don DeLillo
Continuó observándome recelosamente, escrutando mi rostro en busca de seguridad frente a un peligro real, una seguridad que inmediatamente habría rechazado como falsa. Era uno de sus trucos favoritos.
|
Ruido de fondo de Don DeLillo
Podía percibir el apoyo que prestaba a mi modesta misión, incluso su esperanzada convicción de que sabría añadir a sus simples observaciones la gravedad equilibrada de un juicio maduro y considerado. Al fin y al cabo, era tarea de un padre.
|
Ruido de fondo de Don DeLillo
Cuando advirtió que la miraba, sonrió de un modo extraño, como si la hubiera despertado suavemente de un estado distraído y placentero.
|
Ruido de fondo de Don DeLillo
Llevaba puestas su chaqueta y su gorra de camuflaje, atuendo que para él —con sus catorce años de edad y esforzándose por crecer y pasar desapercibido simultáneamente aun sabiendo que los demás conocíamos todos sus secretos— poseía un significado complejo.
|
Ruido de fondo de Don DeLillo
Ella, o bien no había sabido que iban a acudir las cámaras o bien había preferido no decírnoslo movida por la timidez, el amor, la superstición o cualquiera que sea la causa que impulsa a una persona a ocultar su imagen a quienes la conocen.
|
Ruido de fondo de Don DeLillo
No nos equivoquemos. Me tomo muy en serio a estos niños. No es posible ver demasiado en ellos, dar rienda suelta a nuestras dotes casuales para el estudio del carácter. Todo está ahí, a plena potencia, cargado con ondas de identidad y existencia. No hay aficionados dentro del mundo infantil.
|
Ruido de fondo de Don DeLillo
(…) es de esa clase de niñas que experimentan una ternura protectora hacia sus propias pertenencias. El esfuerzo por restaurar, preservar y conservar las cosas agrupadas por su valor de objetos reminiscentes forma parte de su estrategia en un mundo de desplazamientos, como un modo de ligarse a sí misma a una vida.
|
Ruido de fondo de Don DeLillo
Siento ganas de implorarle a ese firmamento del siglo V, incandescente de misterio y de luces espirales: no nos dejes morir. Permítenos a ambos vivir eternamente, en la salud y en la enfermedad, embrutecidos, tambaleantes, sin dientes, con manchas de vejez, miopes, alucinantes. ¿Quién decide esas cosas? ¿Qué hay ahí fuera? ¿Quién eres?
|
Ruido de fondo de Don DeLillo
La verdad es que no quiero ser el primero en morir. Si me dan a elegir entre la soledad y la muerte, apenas tardaría una fracción de segundo en decidirme. Pero tampoco quiero estar solo.
|
Ruido de fondo de Don DeLillo
Yo le digo que quiero ser el primero en morir. Me he acostumbrado tanto a ella que me sentiría desconsoladamente incompleto. Representamos dos perspectivas de una misma persona. Yo pasaría el resto de mis días girando sobre mis talones para dirigirme a ella y no encontraría a nadie: un vacío en el espacio y en el tiempo. Ella insiste en que mi muerte dejaría en su vida un vacío mayor que el que la suya produciría en la mía. Tal es nuestro nivel de argumentación —el tamaño relativo de oquedades, abismos y simas—, y en él mantenemos serias discusiones. Ella dice que aunque su muerte abriera un hueco en mi vida, la mía cavaría un abismo en la suya, unas fauces abiertas e inmensas. Yo contraataco con una profunda sima y un vacío. Y así seguimos hasta que anochece. El poder dignificador del tema es tal que nuestras discusiones nunca se me antojan estúpidas cuando las mantenemos.
|
Ruido de fondo de Don DeLillo
¿Cuál de los dos morirá antes? Ella afirma que quiere morir antes que yo porque sin mí se sentiría insoportablemente triste y sola, especialmente si los niños ya fueran mayores y no vivieran en casa. En esto no hay modo de hacerla cambiar de opinión. Desea sinceramente precederme. Habla del tema con tal fuerza argumentativa que resulta evidente su convencimiento de que se trata de una cuestión en la que podemos elegir. También cree que nada puede pasarnos mientras en casa vivan criaturas que dependan de nosotros. Los niños representan una garantía de nuestra longevidad relativa. Estamos a salvo mientras los tengamos con nosotros. Cuando crezcan y se diseminen, sin embargo, quiere ser ella la primera en partir. Parece casi deseosa de ello. Teme que yo muera inesperadamente, traicioneramente, huyendo en mitad de la noche. No es que no aprecie la vida; es quedarse sola lo que teme. El vacío, la sensación de oscuridad cósmica.
|
Ruido de fondo de Don DeLillo
Transcurran los días sin rumbo. Sucédanse las estaciones. No adelantemos los actos de acuerdo con un plan.
|
Ruido de fondo de Don DeLillo
El poder de los muertos reside en que pensamos que pueden vernos constantemente. Los muertos poseen una presencia propia. ¿Existirá algún nivel de energía formado exclusivamente por los muertos? Están también en el suelo, por supuesto, durmiendo y descomponiéndose. Tal vez nosotros no somos otra cosa que sus sueños.
|
Ruido de fondo de Don DeLillo
Su mirada era de solemne compasión. Era una mirada que no me inspiraba necesariamente confianza por cuanto que no creía que obedeciera demasiado a la compasión ni al amor ni a la tristeza. De hecho, la reconocía como algo completamente ajeno. Como la forma de condescendencia más tierna que puede mostrar una mujer adolescente.
|
Ruido de fondo de Don DeLillo
(…) pero en las profundidades de sus iris podían distinguirse ciertas formas secundarias de vida marítima.
|
Ruido de fondo de Don DeLillo
Todos los rasgos de Bee eran pequeños a excepción de sus ojos, que parecían albergar dos formas de vida, tanto el propio tema como sus implicaciones ocultas.
|
Ruido de fondo de Don DeLillo
¿Constituíamos acaso una frágil unidad rodeada por hechos hostiles? ¿Era yo capaz de estimular la ignorancia, el prejuicio y la superstición para proteger a mi familia del mundo?
|
Ruido de fondo de Don DeLillo
(…) simplemente una viajera en su forma más pura, alguien que recoge impresiones y densas anatomías del sentimiento pero que no se molesta en registrarlas.
|
Ruido de fondo de Don DeLillo
Salvo en caso de fallos mecánicos, tiempo turbulento o actos terroristas, (…) un avión volando a la velocidad del sonido constituye quizá el último refugio que conoce el mundo para la vida apacible y los modales civilizados.
|
Ruido de fondo de Don DeLillo
—Todos los niños debieran tener la oportunidad de recorrer miles de kilómetros por sí solos (…), aunque sólo sea por su propia autoestima e independencia de criterio, equipados con ropas y artículos de aseo escogidos por ellos mismos. Cuanto antes despeguen, mejor. Es como nadar o patinar. Tienes que procurar que empiecen cuando son jóvenes.
|
¿En qué época se desarrolla la historia?