Submundo de Don DeLillo
Les diré lo que añoro, los días de desarraigo, cuando todo me importaba un bledo, un pimiento, dos cojones.
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Submundo de Don DeLillo
Les diré lo que añoro, los días de desarraigo, cuando todo me importaba un bledo, un pimiento, dos cojones.
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Submundo de Don DeLillo
La mayor parte de nuestros anhelos no llegan a completarse. Tal es la melancólica implicación de la palabra: el deseo de algo perdido o huido o de otro modo inalcanzable.
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Submundo de Don DeLillo
....Bronzini envidiaba los despreocupados retrasos de la gente que llega tarde. ¿ De dónde sacan valor para retrasarse, de someternos nuevamente a esa grosería a los que esperamos ?...
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Submundo de Don DeLillo
...Todo el mundo se sabía las mismas siete cosas. Pero podías tardar años en recorrer la lista, y para entonces el número habría cambiado, o quizá toda la lista.
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Submundo de Don DeLillo
Su magnífico padre, recientemente fallecido. No era mal tipo, ahora que estaba muerto....
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Submundo de Don DeLillo
....El hogar es ese lugar en el que siempre te aceptan, como dijo el poeta, o como dijo el padre de Marian parafraseando al poeta, pero el hogar también es ese lugar del que no ves el momento de largarte de una puñetera vez.
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El silencio de Don DeLillo
El hombre tocó el botón y el asiento abandonó su posición vertical. Se encontró a sí mismo contemplando la más cercana de las pantaletas que había justo debajo del compartimento de equipaje, aquellas palabras y números que cambiaban a medida que avanzaba el vuelo. Altitud, temperatura del aire, velocidad, hora de llegada. Quería dormir, pero siguió mirando.
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El ángel Esmeralda de Don DeLillo
Sor Edgar, en cambio, pensaba en el atractivo de la condenación, el mordisquito amoroso de aquel puñal de libélula. Sabiendo que no vales nada, lo único que puede gratificarte la vanidad es apostar contra la muerte
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Submundo de Don DeLillo
Las cosas parecían desaparecerle entre las manos. A lo mejor, la taza de café salía volando de entre sus dedos por encima del mostrador de la cocina....
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Submundo de Don DeLillo
Janet no sabía mirar el desierto. Parecía guardarle rencor de algún modo oscuro y personal. Era demasiado grande, estaba demasiado vacío, tenía la audacia de ser real.
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Submundo de Don DeLillo
Eso es lo próximo que detectarán los sensores, pensó. Las emociones calladas de los ocupantes de las habitaciones.
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Ruido de fondo de Don DeLillo
A medida que la fe abandona el mundo, la gente encuentra más necesario que nunca que haya alguien que crea.
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Ruido de fondo de Don DeLillo
—A eso se reduce todo al final —dijo—. Nos pasamos la vida despidiéndonos de los demás. Pero ¿cómo despedirnos de nosotros mismos?
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Ruido de fondo de Don DeLillo
—Piensa en las grandes poesías, melodías, danzas y rituales que han surgido de nuestra aspiración a una vida más allá de la muerte. Quizá esas cosas basten para justificar por sí mismas nuestras esperanzas y nuestros sueños, aunque, la verdad, nunca le diría algo así a un moribundo.
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Ruido de fondo de Don DeLillo
—No hay motivo alguno para creer que la vida sea más valiosa debido a que es fugaz. Ahí tienes una declaración. Una persona tiene que saber que va a morir antes de que pueda comenzar a vivir con la máxima plenitud. ¿Verdadero o falso? —Falso. Una vez que ha quedado establecida tu muerte resulta imposible gozar de una vida satisfactoria. |
Ruido de fondo de Don DeLillo
—¿Piensas que la vida sin la muerte sería hasta cierto punto incompleta? —¿Cómo podría ser incompleta? La muerte es lo que la convierte en incompleta. —¿Acaso nuestro conocimiento de la muerte no añade más valor a la propia vida? —¿De qué nos sirve un valor basado en el miedo y la ansiedad? Es algo inquietante, estremecedor. —Cierto. Las cosas más profundamente valiosas son aquellas que sentimos más seguras. |
Ruido de fondo de Don DeLillo
—¿Crees que el amor es más poderoso que la muerte? —Ni por lo más remoto. —Bien —dijo—. No hay nada más poderoso que la muerte. ¿Crees tal vez que las únicas personas que temen a la muerte son aquellas que temen a la vida? —Eso es una bobada. Es completamente ridículo. —Perfecto. Todos tememos a la muerte en cierto grado. Quienes afirman lo contrario son personas superficiales y se están engañando a sí mismas. |
Ruido de fondo de Don DeLillo
(…) sólo digo que no puedes defraudar a los vivos dejándote arrastrar por la autocompasión y la desesperación. La gente esperará de ti que seas valiente. Lo que la gente busca en un amigo moribundo es esa terca nobleza que se manifiesta en un discurso ronco, esa negativa a rendirse, esos destellos de humor indoblegable. Tu prestigio crece incluso mientras hablamos.
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Ruido de fondo de Don DeLillo
—Tu categoría de condenado presta a tus palabras un cierto prestigio y autoridad. Me gusta eso. Creo que descubrirás que a medida que se aproxima el momento la gente irá mostrándose cada vez más interesada en lo que tienes que decir. Te buscarán.
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¿Por que decidió irse al internado Miles?