Carlos Ruiz Zafón

Sentí que se me encogía la garganta y, a falta de palabras, me mordí la voz.

—Nada que valga la pena en esta vida es fácil…

No puedo morir aún doctor. Todavía no. Tengo cosas que hacer. Después de todo, tendré una vida entera para morir.

Una leyenda es una mentira pergeñada para explicar una verdad universal.

Aquella casa yacía en perpetua penumbra, un balcón de oscuridades sostenido entre muros despintados. Olía a tabaco negro, a frío y a ausencias.

—Las certezas reconfortan, pero solo se aprende dudando.

Hay épocas en que es más honorable morir en el olvido que vivir en la gloria.

Los recuerdos que uno entierra en el silencio son los que nunca dejan de perseguirle.

… un narrador solo puede contar hasta donde le llega el oficio y un lector solo puede leer hasta donde lleva escrito en el alma.

«Nada asusta más a un cafre que una mujer que sabe leer, escribir, pensar y encima enseña las rodillas».

«El que no está dispuesto a luchar por su libertad no la merece»,

Hay épocas y lugares en los que no ser nadie es más honorable que ser alguien.

Cuéntale al mundo nuestras historias y jamás olvides que existimos mientras alguien nos recuerda.

En el poder las puñaladas nunca llegan de frente, siempre por la espalda y con un abrazo.

… nadie pregunta por aquello que prefiere ignorar.

Recuérdame, aunque sea en un rincón y a escondidas. No me dejes ir.

Todos tenemos un secreto encerrado bajo llave en el ático del alma.

—Uno cree en lo que puede, no en lo que quiere.

El hombre sabio es aquel que no despierta volcanes, revoluciones o féminas preñadas.

—No se hizo la miel para la boca del burro.