Antoine de Saint-Exupéry

Es una locura odiar a todas las rosas porque una te pinchó. Renunciar a todos tus sueños porque uno de ellos no se realizó.

"...Es mucho más difícil juzgarse a sí mismo que a los demás. Si logras juzgarte bien a ti mismo eres un verdadero sabio..."

Eres el dueño de tu vida y tus emociones, nunca lo olvides. Para bien y para mal.

"–Nada es perfecto –suspiró el zorro–. mi vida es monótona: cazo gallinas y los hombres me cazan a mi. Todas las gallinas se parecen y todos los hombres se parecen entre sí. Por lo tanto, me aburro un poco. Pero si tú me domesticaras, mi vida sería radiante y cálida. Conocería un ruido de pasos diferente al que me obliga a refugiarme en mi cubil. Los tuyos en cambio, me harían salir de mi madriguera; serían como una música. Y, además, ¿ves esos campos de trigo? Yo no cómo pan y el trigo es inútil para mí, los campos de trigo no me dicen nada. ¡Es bien triste! Pero tú tienes los cabellos de color de oro, y si me domesticaras, ¡sería maravilloso!, pues los campos de trigo me recordarían tus cabellos de oro, y amaría el rumor del viento entre las espigas...

Es una locura odiar a todas las rosas solo porque una te pinchó. Renunciar a todos tus sueños solo porque uno de ellos no se cumplió.

Entonces no supe comprender nada. Debí juzgarla por sus actos y no por sus palabras. ¡No debí jamás huir de allí; la flor me perfumaba y me iluminaba! Debí adivinar su ternura tras sus inocentes astucias. ¡Son tan contradictorias las flores! Pero yo era demasiado joven para saberla amar.

Pero si tú me domesticas, mi vida se iluminará. Conoceré un ruido de pasos diferentes a los otros. Los otros pasos harán que me oculte, los tuyos me llamarán como una música.

La autoridad reposa, en primer lugar, en la razón.

Las personas mayores no pueden comprender nunca por sí mismas, y es molesto para los niños tener que darles siempre explicaciones.

A las cuatro me sentiré agitado e inquieto; ¡descubriré el precio de la felicidad! Pero si vienes a cualquier hora, nunca sabré a qué hora preparar mi corazón.