El principito de Antoine de Saint-Exupéry
"–Nada es perfecto –suspiró el zorro–. mi vida es monótona: cazo gallinas y los hombres me cazan a mi. Todas las gallinas se parecen y todos los hombres se parecen entre sí. Por lo tanto, me aburro un poco. Pero si tú me domesticaras, mi vida sería radiante y cálida. Conocería un ruido de pasos diferente al que me obliga a refugiarme en mi cubil. Los tuyos en cambio, me harían salir de mi madriguera; serían como una música. Y, además, ¿ves esos campos de trigo? Yo no cómo pan y el trigo es inútil para mí, los campos de trigo no me dicen nada. ¡Es bien triste! Pero tú tienes los cabellos de color de oro, y si me domesticaras, ¡sería maravilloso!, pues los campos de trigo me recordarían tus cabellos de oro, y amaría el rumor del viento entre las espigas...
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