La verdad es que me decidí a leer el libro por un título que para mí es ya de entrada muy sugerente y atractivo, y efectivamente, se habla de un coleccionista, pero solo de portadas de libros y te lleva sobre todo a otros temas que no tienen mucho que ver con un coleccionista de libros.
Pero lo leí, lo terminé y a pesar de quedarme un tanto descolocada, pues aquí voy hablar de mi lectura e impresión.
Una trama bastante sencilla, unos personajes un tanto peculiares aunque absolutamente predecibles y un mundo que se ambienta en el siglo XX, en la campiña inglesa, aunque me parecía estar en un período indefinido y mucho más lejano.
La verdad es que he tenido sensaciones muy contradictorias.
Todo en la novela, desde la ambientación, la trama, los personajes, los comportamientos, y hasta la forma de estar escrita, su prosa, me parecían tan lejanos en el tiempo, no me había pasado nunca y he leído mucho.
Lo que sí puedo dejar claro es que al leer las primera páginas ya estás dentro de la historia, inmediatamente. Esto no sé si es bueno, malo o regular, pero a mí me ha parecido muy precipitado, como también todo lo demás. Todo es una carrera, hasta un final que te deja un tanto perpleja. Pero en fin , esa es mi experiencia y sensación.
En realidad, lo que se cuenta en El coleccionista de libros es una relación bastante extraña y singular, la de los dos protagonistas, Violet y Archie, que a pesar de la diferencias en cuanto a la posición social y a la diferencia de edad, deciden casare con rapidez ya que parece que comparten el gusto y la pasión por los libros.
Sin embargo, vamos a averiguar como Violet y Archie son absolutamente diferentes, son polos opuestos y chocan en todo, por lo que no tienen nada en común.
Y aquí nos hacemos la pregunta , pero esa pasión por los libros ¿Es la misma en ambos? Y así comienza la intriga.
Archie es un librero de viejo que se dedica a venderlos en su librería, pero no lee, solo admira sus portadas y la encuadernación. Y es un personaje un tanto perturbador. También guarda muy celosamente un libro extraño en su caja fuerte y que Violet no puede evitar curiosear y averiguar de qué se trata.
Y es que Archie nunca quiso mostrárselo a pesar de que se trata de un libro de hadas , que es el tema preferido de Violet.
Esto acabará, inevitablemente, en un descubrimiento, que será el detonante ante el que sucumbirá Violet.
A partir de aquí el matrimonio, con igual rapidez que se constituyó en el principio, pasará a convertirse en una relación bastante retorcida y donde Violet ya no es admirada sino todo lo contrario y será internada en un centro psiquiátrico.
Su salud mental parece resentirse y ¿los motivos? Pues el libro que descubre tendrá estas severas consecuencias. Y tendremos que descubrir el por qué.
A partir de aquí, todo cambia, y a la vuelta del psiquiátrico, Violet, que había sido madre, tenían un hijo llamado Félix ya no puede ni tratarlo, ni estar con él, su marido no lo consentía y ha contratado a una niñera, Clara, que parece haber ocupado absolutamente su lugar.
Bueno, Stephen King, dice de ese libro en la contraportada que es: “Un perturbador espectáculo gótico, rebosante de energía y genuinamente aterrador” .
A mí me parece que tampoco hay que pasarse, pero entre escritores anda el juego.
Y volviendo al libro, la verdad es que nos presenta una historia muy particular, al principio Violet tiene todo cuanto desea pero el cambio llega, y cuando sufre una serie de episodios que no son comprendidos, en su obsesión por descubrir el libro que su marido tiene bajo llave, se desencadenará el conflicto.
Y también la tragedia que no tardará en llegar. Todo sucede con inusitada rapidez.
Un mundo del que podemos decir que se nos presenta lleno de manías, de contradicciones e incluso de fetichismo.
Sin dejar de lado que es una historia de celos, y con graves consecuencias, de traiciones confusas y ocultas, de obsesión por conocer los misterios, y también de incomprensión y envidia.
De todos modos, me ha gustado leerlo, he dejado pasar un tiempo y ahora, al ir haciendo la reseña, me ha parecido que tiene también sus momentos de interés.
Y la verdad es que no se olvida. Si lo leen, ya me dicen.
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