El día que dejó de nevar en Alaska de Alice Kellen
Él saca todo lo bueno, hace que me esfuerce y que desee superarme a mí misma.
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El día que dejó de nevar en Alaska de Alice Kellen
Él saca todo lo bueno, hace que me esfuerce y que desee superarme a mí misma.
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El día que dejó de nevar en Alaska de Alice Kellen
Es injusto que te den a probar el caramelo más delicioso del mundo y que te lo quiten antes de que puedas hincarle el diente y saborearlo a gusto.
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El día que dejó de nevar en Alaska de Alice Kellen
Eres la caricia del sol, la risa inesperada que se atasca en la garganta, eres lluvia suave, besos húmedos. Y más, más besos. Eres la pieza que faltaba en el puzle que llevaba toda la vida intentando terminar
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El día que dejó de nevar en Alaska de Alice Kellen
Existen muchos tipos de tristeza: está la que va acompañada de dolor, la que se esconde tras la rabia, la que simplemente aparece un día y se queda y no sabes por qué ni cómo, y la tristeza por amor, que es muy extraña, porque estar deprimido por algo tan bonito es un sentimiento complejo y difícil de manejar.
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El día que dejó de nevar en Alaska de Alice Kellen
Me gusta tocarlo. Me hace sentir viva; es como si provocase una especie de vibración que zarandea cada célula dormida. |
El día que dejó de nevar en Alaska de Alice Kellen
Su risa es como una lluvia veraniega, de esas que llegan en una tormenta inesperada y te empapan de arriba abajo. Deseo memorizarla, quedármela para siempre.
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El día que dejó de nevar en Alaska de Alice Kellen
No quiero que seas mía; quiero que seas libre, tuya, y que aun así decidas que quieres estar solo conmigo. |
El día que dejó de nevar en Alaska de Alice Kellen
La culpa es como una sombra que solo tú puedes ver. Siempre está ahí. Puede ahogarte. Es envolvente y resulta imposible huir de ella.
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El día que dejó de nevar en Alaska de Alice Kellen
Algunas personas se cierran tanto en un momento determinado que luego olvidan cómo volver a abrirse a los demás
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El día que dejó de nevar en Alaska de Alice Kellen
Todos los que tenemos un corazón que late y siente, tenemos también defectos. Son cosas que van de la mano.
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Todo lo que nunca fuimos (Deja que ocurra 1) de Alice Kellen
-Puedes equivocarte y cometer mil errores, Los humanos somos así, metemos la pata, pero para eso existe tambiel el arrepentimiento, saber decir "lo siento"! cuando uno debe hacerlo. Pero, cielo, escúchame ¿sabes que es lo más triste de no hacer algo por cobardía? Que, con el paso del tiempo, cuando pienses en ello solo podrás pedirte perdón a ti misma por no haberte atrevido a ser valiente. Y reconciliarse con uno mismo a veces es más complicado que hacerlo con los demás.
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13 locuras que regalarte de Alice Kellen
A veces nos marcan las personas, los momentos, las cosas que menos esperamos que lo hagan. Y otras, aparentemente importantes, se convierten en polvo de recuerdos que desaparecen tras la primera ráfaga de viento.
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33 Razones para volver a verte de Alice Kellen
Tenía un montón de pecas, como si alguien hubiese sacudido una brocha de pintura sobre su piel, salpicándola de estrellas
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Todo lo que nunca fuimos (Deja que ocurra 1) de Alice Kellen
Vives en primer persona la evolución de un romance inesperado y algo desastroso al inicio pero en todo momento real y plausible, luchas y sufres con ellos como si fueras tu misma la que lo está viviendo en primera persona y eso no me sucede casi nunca con una novela.
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El día que dejó de nevar en Alaska de Alice Kellen
Si algo he aprendido es que no importa tanto ganar o perder, sino qué personas están a tu lado cuando ganas o pierdes
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33 Razones para volver a verte de Alice Kellen
Eran dos piezas equivocadas, que no encajaban; pero a veces, solo a veces, creía haber llegado a él y estar a punto de alcanzarlo... y después recordaba que era dañino y su instinto de supervivencia salía a relucir.
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El chico que dibujaba constelaciones de Alice Kellen
Nosotros, Gabriel, ya no eramos los mismos. Eramos mas, para bien y para mal. Eramos aquellos que crecimos en caminos separados y tambien los que se encontraron mas de diez años atras y decidieron compartir una misma direccion. Eramos las canciones que habiamos bailado juntos y todos los momentos que salpicaban la pared en la que tu dibujabas constelaciones
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El chico que dibujaba constelaciones de Alice Kellen
Cuando encajamos por primera vez, sencillamente entendi que eramos dos estrellas perdidas en un firmamento inmenso que se habian encontrado por casualidad
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¿Qué movimiento literario de la segunda mitad del siglo XIX busca representar la realidad tal como es, sin idealizarla?