El peligro de estar cuerda de Rosa Montero
La locura es un enemigo que acecha durante toda la vida, un buitre que te ronda para devorarte.
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El peligro de estar cuerda de Rosa Montero
La locura es un enemigo que acecha durante toda la vida, un buitre que te ronda para devorarte.
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El peligro de estar cuerda de Rosa Montero
Las personas que sufren alguna enfermedad mental son estigmatizadas y aisladas socialmente, cosa que empeora de manera fatal su dolencia.
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El peligro de estar cuerda de Rosa Montero
Las novelas son sueños que se sueñan con los ojos abiertos, nacen del mismo lugar del inconsciente de donde nacen los sueños, de modo que estos detalles repetidos son como elementos oníricos recurrentes.
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El peligro de estar cuerda de Rosa Montero
Morir forma parte de la vida. Morir es un hecho sumamente humano. Mueres solo sí, tal vez con tu pena y tú miedo, pero mueres sabiendo que lo hacemos todos; es cumplir una vez más el destino común.
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El peligro de estar cuerda de Rosa Montero
La sensación de que algo te asalta desde el exterior, como si un gigante te hubiera dado una patada que te arrojara fuera de la vida; la incomprensión de lo que está pasando; la incapacidad para poner palabras a lo indecible; la pérdida de contacto con la realidad.
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El peligro de estar cuerda de Rosa Montero
La vida es una constante reescritura del ayer. Una deconstrucción de la niñez.
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La buena suerte de Rosa Montero
¿Que es lo que uno siente cuando, de pronto, descubre que el Mal forma parte de su familia? Pablo no sabe responder a esa pregunta: su conciencia es un pantano de emociones. |
La buena suerte de Rosa Montero
En los crímenes más terribles, en las matanzas, en las violaciones, siempre hablamos y nos compadecemos de los muertos, de las víctimas directas. Pero ¿quién se acuerda y se preocupa de esas otras víctimas que son los familiares de los verdugos?
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La buena suerte de Rosa Montero
No sé si alguna vez has perdido a alguien querido y muy cercano. Cuando un muerto se va, se lleva consigo su mundo. El sentido de su mundo. Si ropa deja de tener utilidad. ...
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La buena suerte de Rosa Montero
La rumana vino a hablarle en el trabajo y él le puso una excusa. Llamó tres veces a su puerta y no le abrió. Miedo a ponerla en riesgo y a hacerle daño. Aunque también miedo a sentir. A dejar de ser una rana, un corcho, una piedra. A fallar otra vez. Y sufrir.
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La buena suerte de Rosa Montero
Pablo se creía de algún modo intocable, poderoso, omnipotente. Había sobrevivido a su padre, trabajaba en lo que le gustaba, tenía éxito ... Y de pronto cayó sobre ellos el dolor como el hacha del verdugo |
La buena suerte de Rosa Montero
Porque envejecer es ser ocupado por un extraño: estás piernecillas descarnadas cubiertas por un endeble y pisado pellejo ¿de quién son?, se pregunta el antiguo minero, turulato. Pues bien, no com ésas es capaz de matarse.
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La buena suerte de Rosa Montero
El miedo es un parásito, un invasor. Un vampiro que te chupa los pensamientos, porque no puedes alejarlo de tu cabeza.
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La buena suerte de Rosa Montero
El miedo es como una piedra que acarreas dentro del estómago. Día tras día vas tragando tu maraña de temores ...
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La buena suerte de Rosa Montero
Pablo está convencido de que es necesario aprender a amar en la infancia, como se aprende a caminar o a hablar.
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La buena suerte de Rosa Montero
Mírale a Pablo: muy arquitecto y todo eso pero ahí está, tan parado y cortado que a veces parece medio bobo, como si no supiera nunca qué hacer o qué decir. O qué sentir. Qué tontos son los hombres: se les dan fatal los sentimientos.
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La buena suerte de Rosa Montero
Pablo admira el kintsugi, el arte japonés de reparar las cerámicas rotas con resina mezclada con polvo de oro o plata, de modo que la grieta queda bien a la vista, brillante, destacada, ennoblecida por el metal. Los japoneses piensan que esas cicatrices, esa historia, esa falla, son la belleza del objeto.
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La buena suerte de Rosa Montero
Siempre fue un hombre muy callado. Una costumbre defensiva aprendida en la infancia, supone. Cuando has crecido sin madre y con un padre alcohólico, prefieres no hacer ruido. Borrarte. Que él no se acuerde de ti.
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La buena suerte de Rosa Montero
Mucha misa y todo eso pero muy miserables, ¿sabes? Criticonas, interesadas y miserables.
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Los nombres de personajes en un libro aparecen: