Las amistades peligrosas de Choderlos de Laclos
Ha de ser muy difícil no sonrojarse cuando un hombre te mira fijamente
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Las amistades peligrosas de Choderlos de Laclos
Ha de ser muy difícil no sonrojarse cuando un hombre te mira fijamente
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Las amistades peligrosas de Choderlos de Laclos
El sabio tiene razón cuando dice que es el enemigo de la felicidad.
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Las amistades peligrosas de Choderlos de Laclos
La humanidad mo es perfecta en ningún género, ni en lo malo ni en lo bueno.
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Las amistades peligrosas de Choderlos de Laclos
Pero la compasión, la amistad y el amor son cosas que su corazón desconoce.
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Las amistades peligrosas de Choderlos de Laclos
Pero, antes de hablar, piense usted también que una palabra sola puede colmar mi desventura.
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Las amistades peligrosas de Choderlos de Laclos
Los excesos son buenos con aquellos a quienes se quiere dejar pronto.
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Las amistades peligrosas de Choderlos de Laclos
Para ser indulgente basta con pensar en cuántas circunstancias ajenas a nosotros influyen sobre la temible alternativa de la delicadeza o la depravación de nuestros sentimientos
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Las amistades peligrosas de Choderlos de Laclos
Si supiéramos descubrir nuestra verdadera felicidad, jamás la buscaríamos fuera de los límites prescritos por las leyes y la religión
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Las amistades peligrosas de Choderlos de Laclos
Cuando una se entera de tamaños horrores, lamenta seguir viviendo; se siente vergüenza de ser mujer, al ver a otra capaz de semejantes excesos
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Las amistades peligrosas de Choderlos de Laclos
Teniendo en la mano cada uno de nosotros todo lo necesario para hundir al otro, nos interesa por igual tratarnos bien mutuamente
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Las amistades peligrosas de Choderlos de Laclos
El amor verdadero no permite meditar y reflexionar: nos distrae de nuestros pensamientos con nuestros sentimientos; su poder nunca es más fuerte que cuando nos es desconocido, y, en la sombra y el silencio, nos rodea de ataduras imposibles de ver y de romper
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Las amistades peligrosas de Choderlos de Laclos
Jamás es usted ni amigo ni amante de una mujer, sino siempre tirano o esclavo
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Las amistades peligrosas de Choderlos de Laclos
Dígame la verdad; ¿se engaña usted a sí mismo, o trata de engañarme a mí?
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Las amistades peligrosas de Choderlos de Laclos
¡Qué mujer realmente delicada y sensible no ha hallado su infortunio en ese mismo sentimiento que tanta felicidad le prometía! ¿Acaso saben los hombres apreciar a la mujer que poseen?
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Las amistades peligrosas de Choderlos de Laclos
Veré cómo su mirada se fija en mí sin emoción, mientras que el temor de delatar la mía me obligará a bajar los ojos
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Las amistades peligrosas de Choderlos de Laclos
Mis sufrimientos me serán queridos si el premio es su felicidad
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Las amistades peligrosas de Choderlos de Laclos
Sí, lo confieso, el amor que ella me inspira se me ha hecho más precioso aún, desde que va tenido usted a bien recibir mis confidencias
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Las amistades peligrosas de Choderlos de Laclos
Es entre los cuarenta y los cincuenta años cuando la desesperación de ver ajarse su rostro, la rabia de sentirse obligadas a abandonar unas pretensiones y unos placeres de los que aún apetecen vuelven a casi todas las mujeres gazmoñas y desabridas
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Las amistades peligrosas de Choderlos de Laclos
Cuando escribes a guíen, lo haces para él y no para ti: debes, pues, tratar de decirle no tanto lo que piensas con lo que él desea oír
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Los nombres de personajes en un libro aparecen: