Las amistades peligrosas de Choderlos de Laclos
La vergüenza que el amor produce es como el dolor: solo se padece una vez. Después puede fingirse, mas ya no se siente. Sin embargo, el llavero permanece y esto ya es algo.
|
Las amistades peligrosas de Choderlos de Laclos
La vergüenza que el amor produce es como el dolor: solo se padece una vez. Después puede fingirse, mas ya no se siente. Sin embargo, el llavero permanece y esto ya es algo.
|
Las amistades peligrosas de Choderlos de Laclos
¿Qué podemos esperar, si lo que espabila a las jovencitas, a ti, por el contrario te atonta?
|
Las amistades peligrosas de Choderlos de Laclos
Los mínimos defectos parecen entonces chocantes e insoportables, por contraste con la idea perfecta que nos había seducido. Cada esposo cree, sin embargo, que solo el otro ha cambiado y que él sigue valiendo lo que el error de un momento le había hecho estimar
|
Las amistades peligrosas de Choderlos de Laclos
¿Qué sería la virtud, sin los deberes que impone? Su culto reside en nuestros sacrificios, como su recompensa en nuestros corazones
|
Las amistades peligrosas de Choderlos de Laclos
La deseo tanto como su jamás nos hubiéramos conocido. Por otra parte, conocerla quizá sea una razón para desearla aún más
|
Las amistades peligrosas de Choderlos de Laclos
Déjeme al menos el tiempo de observar estos conmovedores combates entre el amor y la virtud
|
Las amistades peligrosas de Choderlos de Laclos
Por un incomprensible poder, sin conseguir jamás decirle lo que quiero, me pasó el tiempo escuchando lo que no debería oír
|
Las amistades peligrosas de Choderlos de Laclos
¿Cuándo me ha visto apartarme de las normas que me he prescrito o faltar a mis principios? Digo mis principios y lo digo deliberadamente: pues no me han sido dados al azar como a las demás mujeres, ni los he aceptado sin examen, ni los he seguido por costumbre; son el fruto de mis profundas reflexiones; los he inventado yo, y puedo decir que son mi propia obra
|
Las amistades peligrosas de Choderlos de Laclos
Insensatas que no saben ver en su actual amante al enemigo futuro
|
Las amistades peligrosas de Choderlos de Laclos
¡Cuánta piedad me inspiran sus temores! ¡Cuánto me prueban mi superioridad sobre usted! ¡Ay! Mi pobre Valmont, ¡cuánta distancia hay todavía aún entre usted y yo!
|
Las amistades peligrosas de Choderlos de Laclos
Tengo cien pruebas de su amor, mas tengo mil de su resistencia
|
|
Las amistades peligrosas de Choderlos de Laclos
Es muy fácil entenderse con él, pues tiene una mirada que dice todo cuanto quiere. No sé cómo lo hace
|
Las amistades peligrosas de Choderlos de Laclos
Siempre tomo el partido más difícil o más divertido; y no me reprocho una buena acción, con tal de que ésta me ejercite o me divierta
|
Las amistades peligrosas de Choderlos de Laclos
No me he tomado tantas molestias por ella para terminar con una vulgar seducción
|
Las amistades peligrosas de Choderlos de Laclos
El amor verdadero no podría prestarse a esa tranquilidad, a esa frialdad de alma, que admite comparaciones, que aguanta incluso preferencias
|
Las amistades peligrosas de Choderlos de Laclos
¿No preferirá ser objeto de amistad por parte de una mujer honesta, que de remordimientos por parte de una mujer culpable?
|
Las amistades peligrosas de Choderlos de Laclos
Nuestros entretenimientos, nuestras risas, todo eso, no son sino juegos de niñas, ya ves; no queda nada de ellos una vez que han pasado. Mas el amor, ¡ay! ¡el amor! ... una palabra, una mirada, solo con saberlo allí ¡ya está! la felicidad
|
Las amistades peligrosas de Choderlos de Laclos
Sentí al fin que me era tan imposible no amarla, como amar a otra
|
Las amistades peligrosas de Choderlos de Laclos
No dejaré de conservar hacia usted todo el cariño posible sin que haya mal en ello; y me deseo con toda mi alma toda suerte de venturas.
|
Los nombres de personajes en un libro aparecen: