Tras la muerte de su madre y su padrastro en un accidente, Rebecca hereda las propiedades de este. Entre los bienes legados está una casa victoriana de la que desconocía su existencia. Este libro comienza como una historia cualquiera en la que parece que no ocurre nada relevante. Pero poco a poco va ganando en intensidad y hasta que llega el momento en que te mantiene en vilo. A pesar de que la novela es más ligera de lo esperaba, y de que el inicio es lento, me ha mantenido enganchada durante toda la lectura deseando saber que iba a ocurrir. Tengo más libros del autor pendientes de lectura y espero ponerme pronto con ellos. |