Aunque la historia no está nada mal las ilustraciones son tan y tan llamativas que uno se pierde en ellas. A medida que leíamos el texto buscábamos en ellas y no había manera de encontrar al protagonista, no dabemos si no supimos dar con él o si simplemente no estaba, pero habían tantas cosas y tantos colores que resultaba mareante. En la historia nos encontramos a un caracol que quiere cambiar su concha por otra mejor y después de anhelar tanto el gran momento del cambio, se da cuenta de que tal vez eso no era lo que estaba buscando. |