Los chicos de la Nickel

La no violencia es nuestra consigna. Con el amor venceremos.

La capacidad de sufrimiento. Todos los chicos de la Nickel existían en virtud de esa capacidad. La respiraban, la comían, la soñaban. La vida para ellos consistía en eso.

Tenemos que creer con toda nuestra alma que somos alguien, que somos importantes, que valemos y tenemos que caminar a diario por las calles de la vida con este sentido de dignidad y este sentido de ser alguien

Sobrevivir no es suficiente, tienes que vivir...

La violencia es la única palanca lo bastante grande como para mover el mundo.

Ese día de visita, pese a estar sentado enfrente de su abuela, se sintió tan lejos de ella como los otros familiares que la habían abandonado. Le dijo que se encontraba bien pero un poco triste, que estaba siendo difícil pero estaba aguantando, cuando lo único que quería decirle era: «Mira lo que me han hecho, mira lo que me han hecho.»

El reconocimiento que él pretendía iba más allá de la piel morena; buscaba a alguien que se pareciera a él, alguien a quien considerar un igual. A otros que lo consideraran a él un igual, aquellos que vieran aproximarse el mismo futuro, por muy lento que fuera el avance y plagado de obstáculos y recovecos, [...].

La Nickel era el colmo del racismo -la mitad de los que trabajaban allí seguramente se ponían el disfraz del Klan los fines de semana, pero tal como lo veía Turner, la maldad era algo más profundo que el color de la piel. [...] La maldad eran las personas.

Elwood lo vio todo: africanos perseguidos por el pecado blanco de la esclavitud, negros norteamericanos humillados y sometidos por la segregación, y aquella luminosa imagen futura, cuando los de su raza podrían ir a todos los lugares entonces prohibidos.

La violencia es la única palanca lo bastante grande como para mover el mundo