Ethan Frome

En una publicación del tres de febrero que dedicamos a "La edad de la inocencia", obra que convirtió a Edith Wharton en la primera mujer en conseguir un Premio Pulitzer, afirmábamos que la autora americana había retratado, en la mayoría de sus libros, "las costumbres y normas de la clase social rica, acomodada y burguesa del Nueva York de 1905, a la que ella misma pertenecía".
"Ethan Frome", por el contrario, es una novela rural que transcurre en una pequeña localidad ficticia denominada Starkfield, en la Nueva Inglaterra del cambio de siglo. Un lugar en que los inviernos son tan crudos que los más listos se marchan antes de pasar demasiados allí.

La historia comienza con un narrador anónimo que se pregunta quién es la figura que entra en la oficina de correos al quedar impresionado por su aspecto: "Su aire vigoroso e indiferente, pese a una cojera que le frenaba los pasos como el tirón de una cadena. Había algo lúgubre e inaccesible en su rostro y estaba tan rígido y canoso que lo tomé por un anciano y me sorprendí mucho al enterarme de que sólo tenía cincuenta y dos años".
Ethan Frome seguía siendo el personaje más sorprendente de Starkfield aún después de haber sufrido un terrible accidente dos décadas antes.

Una noche, una severa tormenta de nieve fuerza a Frome a hospedar al narrador en su desangelada y humilde casa y éste, por fin, comienza a conocer su historia.

En menos de doscientas páginas, Edith Wharton nos hará comprender cómo el entorno inhóspito, frío y lúgubre (tanto dentro como fuera de la vivienda) puede ser un moldeador de caracteres y destinos. Siendo muy fácil empatizar con la tragedia íntima y conmovedora de Ethan Frome.

Se trata de una historia sobre silencios, sobre la incapacidad de expresar lo que se siente y se desea debido a un opresor código de honor.
Que mantiene al lector pegado a sus páginas, para llegar a un final sorprendente y sobrecogedor.

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