Ethan Frome

Una excelente escritora norteamericana, muy conocida por su gran novela La edad de la inocencia, aunque escrita posteriormente a esta. Además gran amiga y admirada por grandes escritores como Henry James, Scott Fitzgerald, Jean Cocteau, y otros, cuando decidió establecerse en Francia definitivamente.

Y allí fue donde escribió esta trágica historia de amor. Una novela escrita sobre un entorno rural, que no es nada común en la escritora.
Inventa una población llamada Starkfield, una ciudad de Nueva Inglaterra en el estado de Massachusetts, en la que se desarrolla la novela, un lugar de invierno donde la nieve siempre está presente.

Es muy importante y de especial relevancia el lugar, ya que en él se genera esa especie de monotonía y frío que se percibe en la historia
.
La novela comienza y también termina con un narrador anónimo. En el primer capítulo conocemos a un ingeniero que desea conocer la historia de Ethan Frome, mientras pasa en Starkfield un año por motivos de trabajo.

Y, sí, llegará a conocerlo personalmente, ya que Ethan será el encargado de llevarlo en su trineo e incluso, conocerá su vivienda en una noche de una gran tormenta de nieve.
Este será el último capítulo, en el que volvemos a encontrarnos con el ingeniero y Ethan, cuando llegan a la casa y se refugian en ella, así será como también conocerá a su esposa Zeena y a la señorita Mattie Silver. Aquí tenemos a los grandes protagonistas de la historia.

En los demás capítulos del libro , es donde encontraremos al narrador omnisciente en tercera persona, porque es la historia de Ethan Frome , su familia, su vida, sus amores y todo lo que sucedió.
Una historia de un triángulo amoroso que se irá desgranando hasta llegar a mostrarnos lo que verdaderamente esconde.

Una vez más, un triangulo amoroso imposible, los celos, las sospechas, el temor a la pérdida. La necesidad oscura de seguir dominando una situación, a todas luces, abusiva e injusta, desencadenará una tragedia inesperada.

Llega y nos sorprende, llega para que sepamos que es levitar, trascender, despegarnos del suelo que veníamos pisando. Llega y nos arrebata para sacarnos de lo cotidiano y extirparnos la sórdida monotonía.
El asombro adquiere una proporción desconocida e incluso olvidada
.
Comprendemos que nos hemos enamorado y eso da categoría, tono, luz y color a todas esas sensaciones nuevas que venimos sintiendo.

Comienza, pues un espectáculo a dos, íntimo y personal, que con el paso de los días se hará imposible hurtar a la mirada de los demás.

Lo que fue gravoso antes de sentirse enamorado, las penosas situaciones, la asfixia de la inanidad y el vacío, se tornarán soportables, un inhóspito y crudo clima se suavizará, las tareas más ingratas, penosas y difíciles se atenuarán, la noche, la única noche en la que Ethan y Mattie permanecen realmente solos por primera vez, tomará altura frente al calor del hogar, será una fiesta de reconciliación con la vida.

Las labores y tareas que se reservan para esos momentos, un acompañamiento delicioso.

Toda la dureza del ambiente y el trabajo embrutecedor se aliviará cuando Ethan y Mattie sientan que comparten los espacios.
Toda esta sentimentalidad, toda esta pasión, todo este quererse y desearse, pertenece todavía al silencio que precede a la confesión.

Apasionarse por otro es adentrarse a comprender la parte más hermosa del ser humano. Dos personas, enamorándose día a día, a pesar de todo y contra todo, queriendo alzarse sobre lo romo para ir a lo sublime.

Ethan y Marttie, en un momento determinado van, se dirigen hacia la desesperación cuando ven como se les cierran las posibles y escasas alternativas una tras otra.

Atropellados por la vida, una vida que se presenta inclemente y tiránica, una vida, en definitiva, sin posibilidad de cerrar un círculo feliz.

Ethan y Mattie no van a renunciar a ellos, a lo que los dos significan y seguirán juntos en la adversidad, que hará algo más que tocarlos en los crudos, tempestuosos, extremados y desabrigados paisajes.