Como "lo de Troya" es sobradamente conocido, haré un breve resumen del argumento, para los despistados. Paris anda de misión diplomática y se lía con la cuñada del rey de Micenas. Que digo yo, que sabiendo como es, ¿por qué lo envían? Helena, más aburrida que un hongo del bruto de su marido, se deja raptar. Este asunto de cuernos y cornudos es la excusa perfecta para tener un Casus belli y estar 10 años a palos por el dominio del Helesponto (actual Turquía, al fondo, a la derecha) que es lo que de verdad importa, porque abre las puertas al comercio con el mediterráneo y eso, entonces daba mucha pasta. De estos hechos hay tantas versiones como arrugas en el tiempo, incluso anteriores a la que transcendió. Me refiero, claro, a la Ilíada de Homero. A la pregunta que os estáis haciendo, encantado os contesto: ¿Nuevo que no sepamos? Nada. Pero no os llevéis las manos a la cabeza. Precisamente esto, junto a la sencilla pero poética narración la hace distinta. Única, y de una belleza aplastante. Me parece muy bien que otros autores pongan a Helena de ingeniera industrial o a Aquiles y Patroclo a oler flores en el campo. Pero seamos serios, ¡qué estamos en una guerra! Mario Villén deja de ir directamente al grano y nos regala una reinterpretación del gran poema griego con tanto carácter que tiene nombre propio: Ilión. El granadino crea unos personajes terrenales, humanos, llenos de inquietudes y muy expuestos al destino de sus dioses y sus creencias, estas últimas, excelentemente representadas. La novela huye de la rapidez. No puede serla. Estamos ante un poema épico, pero trágico, y la tragedia necesita el espacio justo que Mario deja. Y su dureza. Quizá la mayor virtud, amén de una prosa exquisita en su sencillez y muy trabajada, sea precisamente, esos intervalos que introduce en la batalla, para hablarnos de como sienten, no ya cada, bando, sino cada personaje, la incertidumbre y desasosiego de una guerra, maldita y duradera. Sus angustias, sus sacrificios a los dioses, sus pasiones, lágrimas e incluso, sus momentos de "recreo" son a mi juicio el plato fuerte de este banquete literario. No por ello penséis que la recreación de la batalla pierde fuerza, al contrario, Villén lo hace a la altura de los grandes. Reconozco que la construcción de este texto era arriesgada. Una versión moderna, que no pierda la esencia, y que encima sea humana y lírica era meterse en un jardín complicado, pero le sale, y lo hace por todo lo alto. Así que quizá lo que le diferencia de otras versiones, lo que la hace distinta, lo nuevo que no sepamos, es que Ilión, sin duda, es francamente hermosa. + Leer más |