Que no se olvide

Leer este libro justo ahora, cuando hace escasos días en Madrid se han derogado leyes LGTBIQ+ y trans, me ha hecho leerlo con una mezcla de sentimientos que ha impulsado la rabia y la impotencia.

Esta novela gráfica, basada en hechos reales, comienza con un prólogo maravilloso en el que la autora te cuenta cómo nace escribir este libro.

Narra la historia de 6 personas mayores del colectivo. Nos cuenta cómo de niños, sin referentes algunos y en momentos tan complicados de nuestro país, ellos y ellas descubrieron que eran homosexuales, cómo tuvieron que pasar desapercibidos, huir de sus hogares y de sus municipios para poder ser libres aunque fuera de manera temporal. Incluso algunos a día de hoy no se atreven a contar que tuvieron esas experiencias por miedo a que les juzguen.

Te hace recapacitar sobre cuándo en España empezaron a tener referentes televisivos en que mirarse (que no tuvieran un triste final), como la música empezó a alzar la voz y cantarnos relaciones de mujeres, y que de todo esto en realidad no hace tantos años.

También nos da información sobre las primeras manifestaciones del colectivo en España, que desde luego no me esperaba saber que se producieron justo acabó la dictadura.

Otro tema que no me había planteado nunca antes es en cómo viven la vejez esas personas y aquí lo muestra. Acabar en una residencia, a título personal, me parece un final muy triste, pero para ellos es peor. Saber que tienes que convivir con gente que te ha hecho la vida imposible antes, que no te respeta y que cuchichea sobre ti debe ser dolorosísimo. Descubrí que existe una fundación que ayuda a personas mayores del colectivo con residencia, centro de día, pisos tutelados, etc., me provocó sentimientos encontrados.
Que con todo lo que han pasado, habiendo peleado para poder vivir libres, llegar al final de tu vida y tener que volver a sufrir por ello, la palabra injusto se queda pequeña.

La reflexión final es que se ha avanzado muchísimo, que queda aún por avanzar y que hay que estar alerta porque el peligro de retroceder existe.

Contar estas historias es muy importante porque de lo que no se habla, no existe, y estas personas existieron. Gracias a ellas y ellos se avanzó y visibilizarlo es un deber para que no se olvide.

Con su debut en el mundo del cómic, Marina Velasco Marta resultó ganadora del XVI Premio Internacional de Novela Gráfica Fnac-Salamandra Graphic 2023, y una vez leído es fácil entender porqué. En "Que no se olvide" la autora recoge el testimonio de 6 personas mayores LGTB+, haciendo un recorrido por la historia del colectivo a lo largo de varias décadas, desde el franquismo hasta nuestros días.

La historia da visibilidad a esas personas a las que, conforme van cumpliendo años, la sociedad parece querer hacer invisibles, contando su historia en primera persona, un pasado, presente y futuro que, a pesar de partir de un punto en común, tienen claras diferencias según la condición socioeconómica o la realidad que les ha tocado vivir a cada uno de ellos, haciendo de cada una de estas seis historias algo único.

La lectura de "Que no se olvide" sirve para mostrar todo lo que se ha avanzado desde un pasado no tan lejano en el tiempo, pero también para poner de manifiesto cuánto camino queda aún por recorrer para conseguir plena igualdad de derechos.

El propio formato de la novela gráfica hizo que me supiese a poco, y con gusto habría leído una historia independiente de cada uno de ellos con todo lujo de detalles. Con un estilo de ilustración muy llamativo, con una gran expresividad en los rostros, la autora utiliza una paleta de colores que logran transmitir calma incluso en los momentos más duros. Además de alguna que otra lágrima, la historia también te sacará alguna sonrisa con algunos momentos muy tiernos.

"Que no se olvide" nos recuerda que no debemos olvidar ni la voz, ni las experiencias de todos aquellos que estuvieron antes que nosotros, a los que les tocó vivir su orientación sexual en una sociedad cerrada y con un ambiente hostil, en una época carente de referentes. Vida no hay más que una, así que no pierdas el tiempo viviendo como otros quieren que vivas o siendo lo que otros quieren que seas porque, cuando te quieras dar cuenta, esta se habrá escapado de las manos.

«Tenía el mundo entero ante mí, y yo me sentía libre e imparable».

«Que no se olvide» es uno de esos libros que deberían estar no solo en todos los coles e institutos, sino en todas las casas. de esos libros que debería leer todo el mundo.

Como me ocurre siempre, en general, con las novelas gráficas, me saben a poco. Esta la he leído del tirón, en poco más de media hora, y me ha dejado con ganas de más, de ahondar en la vida de esas personas, de conocer más de sus historias. También he echado de menos leer más sobre identidad y no tanto sobre amor, además de otras realidades (porque, al final, las que han entrado en la novela son parecidas).

«En realidad, con salir una vez del armario no basta. Lo malo de este tema es que hay que estar dando explicaciones constantemente... A la familia, si cambias de ciudad, en el trabajo, a los amigos...».

Pero las que han entrado..., madre mía, me han emocionado tanto que he tenido que limpiarme las lágrimas con la manga para seguir leyendo, y cuando he terminado la novela seguía llorando, mezcla de esperanza y tristeza.

No conocía a la autora y el estilo de sus ilustraciones me ha resultado muy diferente y original. Me ha encantado. Visualmente, la novela es preciosa.
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Historias que hay que contar, porque SÍ queda mucho por hacer. Basta de criminalizar lo que es natural.

Contado de manera muy clara, realista. Queda seguir luchando por abrir mentes a lo que nunca debió considerarse un tabú.