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Leer este libro justo ahora, cuando hace escasos días en Madrid se han derogado leyes LGTBIQ+ y trans, me ha hecho leerlo con una mezcla de sentimientos que ha impulsado la rabia y la impotencia. Esta novela gráfica, basada en hechos reales, comienza con un prólogo maravilloso en el que la autora te cuenta cómo nace escribir este libro. Narra la historia de 6 personas mayores del colectivo. Nos cuenta cómo de niños, sin referentes algunos y en momentos tan complicados de nuestro país, ellos y ellas descubrieron que eran homosexuales, cómo tuvieron que pasar desapercibidos, huir de sus hogares y de sus municipios para poder ser libres aunque fuera de manera temporal. Incluso algunos a día de hoy no se atreven a contar que tuvieron esas experiencias por miedo a que les juzguen. Te hace recapacitar sobre cuándo en España empezaron a tener referentes televisivos en que mirarse (que no tuvieran un triste final), como la música empezó a alzar la voz y cantarnos relaciones de mujeres, y que de todo esto en realidad no hace tantos años. También nos da información sobre las primeras manifestaciones del colectivo en España, que desde luego no me esperaba saber que se producieron justo acabó la dictadura. Otro tema que no me había planteado nunca antes es en cómo viven la vejez esas personas y aquí lo muestra. Acabar en una residencia, a título personal, me parece un final muy triste, pero para ellos es peor. Saber que tienes que convivir con gente que te ha hecho la vida imposible antes, que no te respeta y que cuchichea sobre ti debe ser dolorosísimo. Descubrí que existe una fundación que ayuda a personas mayores del colectivo con residencia, centro de día, pisos tutelados, etc., me provocó sentimientos encontrados. Que con todo lo que han pasado, habiendo peleado para poder vivir libres, llegar al final de tu vida y tener que volver a sufrir por ello, la palabra injusto se queda pequeña. La reflexión final es que se ha avanzado muchísimo, que queda aún por avanzar y que hay que estar alerta porque el peligro de retroceder existe. Contar estas historias es muy importante porque de lo que no se habla, no existe, y estas personas existieron. Gracias a ellas y ellos se avanzó y visibilizarlo es un deber para que no se olvide. |
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