« No debo abandonarme a la suerte». La suerte es una moneda girando en el aire. Es cambiante y traicionera. Es el recurso de los débiles, el consuelo de los que no creen en sus propios medios.
|
« No debo abandonarme a la suerte». La suerte es una moneda girando en el aire. Es cambiante y traicionera. Es el recurso de los débiles, el consuelo de los que no creen en sus propios medios.
|
Quien a hierro mata a hierro muere. Esa es una de las pocas verdades absolutas que existen.
|
Somos una excusa para inventar un cuento. Somos un hilo con el que tejer historias. Somos estatuas de bronce en el puente del baile.
|
La victoria sabe a sangre y a enfermedad, a hambruna y a fuego. Su aliento arrastra el aroma de la ceniza y la muerte.
|
No saben que los trovadores mienten, que su bandera no es más que un trapo. Los soldados no ganan las guerras, sólo las luchan. Matan y mueren a hierro, en una orgía de huesos quebrados.
|
Las historias se tejen para hacer sentir cosas que no se han experimentado y para hacer recordar momentos que se creen perdidos en el olvido. Expanden los límites de la imaginación, sacian el hambre de la mente.
|
Me asalta la duda de si deberíamos tratar de educar al mundo o, por el contrario, dejar que arda hasta los cimientos. Quizá la sociedad esté demasiado podrida como para sanar mediante el uso de la razón y las llamas sean lo único capaz de purgar sus defectos.
|
Me gustan las hogueras. Son un oasis de paz en un desierto de pugnas. Un refugio que te acoge al final del día y mantiene los miedos a raya hasta que nace el nuevo sol.
|
He vencido a una ciudad invencible. He conquistado lo inconquistable. He salvado a miles de vidas a costa de una sola. Y aún así, como siempre, la victoria me sabe a ceniza y muerte.
|
Soy la parca vestida de novia
|
¿Qué criaturas mágicas podemos encontrar en Gringotts, el banco de magos?