El arcano y el jilguero de Ferran Varela
Me asalta la duda de si deberíamos tratar de educar al mundo o, por el contrario, dejar que arda hasta los cimientos. Quizá la sociedad esté demasiado podrida como para sanar mediante el uso de la razón y las llamas sean lo único capaz de purgar sus defectos.
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