José Uve se estrena en la literatura con una historia que toca una tema de máxima actualidad, el mundo del narcotráfico en la Costa del Sol. Y para ello aprovecha toda su experiencia como funcionario de la Administración de Justicia, dotando a la historia de un enorme realismo. Alonso Quero, subinspector de policía del grupo UDYCO de la comisaría de Fuengirola, es el encargado de dirigir la investigación que pretende dar caza a Mohammed alias “El Negro”, uno de los narcotraficantes más buscados del país. Macarena Aguado es una joven abogada que trata de hacerse un hueco en su profesión y que, tras una actuación en el turno de oficio, se verá inmersa en un mundo que le hará replantearse sus propios principios. En “Una bala color índigo” el autor muestra al lector una fiel radiografía de ese mundo de corrupción que se esconde baja una fachada de lujo y ostentación. Retrata la crudeza de los bajos fondos de forma realista y detallada gracias a una buena labor de documentación que consigue trasladar al lector de forma amena y sencilla la realidad de los procedimiento policiales y judiciales cuando de este tipo de casos se trata. El autor trabaja en el ámbito de la justicia y se nota. Quizás fue eso una de las cosas que más me gustó de la novela. Su experiencia en ese campo se percibe tanto en la manera de contarlo como en la forma en que se expresan sus personajes. La investigación policial y la instrucción del caso se ajustan a la realidad de la justicia española, lo cual es de agradecer cuando trabajas en este mundo (como es mi caso) y muchas veces lo que lees recuerda más al CSI americano que a la realidad que se vive aquí. Por otro lado, los personajes hablan como se habla en un juzgado, con expresiones típicas que hizo que me pareciese estar escuchando a los funcionarios de mis juzgados 😄. Macarena sea quizás el personaje con el que resulta más sencillo conectar. Su juventud e inexperiencia van de la mano con sus ganas de aprender y progresar en su profesión, pero ese ansia por ganar le llevará también a cuestionarse algunos de sus principios (defender a un culpable vs derecho de defensa de cualquier persona). Otro de los aspectos que refleja fielmente es cómo muchas veces dejamos la vida personal a un lado cuando se presentan ciertas oportunidades laborales, sin parar a pensar en el coste que eso puedo suponer. La historia no tiene un ritmo frenético, se cuece a fuego lento, pero mantiene un tempo constante que va creciendo a medida que se acerca un final lleno de acción. A pesar de que la historia podría haber sido una novela de acción pura y dura, tiene el equilibrio perfecto entre esas escenas repletas de adrenalina y el desarrollo de los personajes y su background, lo que hace que estos tengan personalidades marcadas y estén llenos de matices. “Una bala color índigo” es una ópera prima muy prometedora, con una trama y unos personajes que enganchan al lector y que dejan la puerta abierta a una posible continuación que, sin duda, leeré. + Leer más |