Deseo de Navidad

(…) No pensaba explicarle a un ser eterno lo que tenía que hacer para estar con una chica. Si algún día salían de aquella prisión, lo descubriría él mismo después de unos cuantos helados.

-Prefiero morir peleando a conformarme con ser un pájaro en una jaula. Yo no soy de los que cantan para el disfrute de su amo.

-La locura puede ser algo maravilloso.

-Hasta la última estrella del firmamento -dijeron al unísono a modo de despedida.

—Tal vez tú tengas amor suficiente como para cubrir mi falta de él.

—Nunca volverás a confiar en nadie, ¿recuerdas? Tú corazón es solo mío y después de que lo pulverizase dudo mucho que puedas verla de otra forma. Es una bruja, es más, de la misma estirpe que te destruyó.

Después de haber nacido cuando nadie la esperó, su destino estaba marcado.

La magia se desbordó a través de ellos como una cascada sin control, eran dos estrellas luchando por consumirse la una a la otra como en una colisión.

Los árboles, negros y terribles, se habían apartado ligeramente para dejar un claro por el que observar la inmensidad. Y, una parte de ella, se sintió en casa, libre como nunca antes.

Su sinceridad le robó una sonrisa a Asher, una que atesoraría el resto de su existencia.