En amores inflamada

El amor también es el protagonista de la pieza En amores inflamada, del pro­fesor y director Antoni Tordera, uno de los referentes ineludibles de la escena valenciana. La obra está dividida en tres casas, cada una con dos escenas. La primera casa es Amor de luna, la segunda es Bajo el signo de la cruz y la tercera es Cuerpos místicos. Tordera ha modificado algunos versos de autores árabes y grafías del cancionero de la casa segunda, además de alterar el orden de los poemas y las estrofas de los poetas místicos por cuestiones meramente teatrales. La obra se en marca en un inicio en Al-Andalus, con los amores del poeta Abú Ya'far con la poetisa hispanoárabe Hansa como protagonista. La cita entre ambos se postergaba demasiado y el poeta lo intenta por medio de lo único que sabe hacer, escribir versos. En la primera casa los amantes se conquistan con poemas como Las lágrimas revelan mis secretos de la poetisa andaluza Hamba bint Ziyad, o Cuando caiga la tarde, espera mi visita, de la cordobesa Wallada bint al-Mustakfi y «se mueven entre la retórica de las imá­genes y el golpe anti-retórico que es la muerte». Después la obra se traslada a la España del Cancionero entre discusiones de los amantes y sarcasmos, para pasar a los cantares sefardíes, que reproducen «con el dolor del exilio como telón de fondo a la eterna fiesta de los jóvenes novios en la temblorosa y juguetona antesala que precede a la irrepetible noche de bodas». Finalmente la última parte parece un duelo entre Juan de la Cruz y Teresa de Jesús, quienes elevan a la pareja de protagonistas a los montes místicos. La obra concluye con los versos de la noche oscura del alma y su «entre las azucenas olvidado». Poetas como Juan de la Cruz y Teresa de Avila, Garcilaso de la Vega y Jor­ge Manrique, Florencia Pinar y el místico Ibn Arabi, o el judío converso Juan Alvarez Gato impregnan este viaje de música y versos.