Si buscáis una historia de fácil lectura pero que os mantenga atrapados de la primera a la última página, El arte de la fuga es para vosotros. No miento cuando digo que me lo empecé una tarde, justo después de comer, y no pude soltarlo hasta llegar al final unas tres horas después. La tensión se palpa en el ambiente, y la intriga es constante a lo largo de todo el libro. A pesar de que, a priori, no parece la más original de las tramas, el autor ha sabido darle su propio toque, algo que se nota especialmente en la construcción de los personajes y en los vínculos que los unen. Así, aunque pueda parecer que estamos ante una trama parecida a Saw, con ese toque escabroso, no resulta excesivamente típico ni repetitivo. Y es que la riqueza de #ElArteDeLaFuga reside tanto en sus personajes, como en la manera en la que el autor ha sabido gestionar las emociones de los lectores, manteniendo siempre despierta su curiosidad. Y no solo eso, sino que, entre toda esa tensión y los muchos intríngulis de la trama, todavía hay lugar para pequeñas notas filosóficas que invitan a la reflexión del lector. Y es que, cuando no nos queda nada, ¿qué es lo que nos empuja a seguir luchando por la supervivencia? Para acabar, decir que me ha gustado la manera en la que el pasado de los personajes se va desvelando, poco a poco, entremezclándose con lo que están (y estamos) viviendo en el presente. Es gracias a este recurso que los lectores logramos empatizar con los protagonistas, llegando a sufrir por ellos y su aparentemente aciago destino. No es una lectura para todos los públicos, pues es de esas historias que saca a relucir lo peor del ser humano. Pero si os gustan las novelas con tintes muy oscuros, de las que te mantienen en tensión y te ponen los pelos de punta, con personajes imperfectos que esconden más de un secreto, os lo recomiendo. A pesar de que el tramo final del desenlace me ha parecido un pelín precipitado, me ha gustado adentrarme en esta historia. Y me ha encantado descubrir el juego de palabras oculto tras el título. + Leer más |
Premio Wooobooks al mejor libro innovador para El dueño del mundo, de Daniel Tordera y Alba Alcaraz
De niña cogía su atlas y soñaba con ser una exploradora que viajaba a lo largo y ancho del mundo. Cada noche visitaba lugares exóticos e imaginaba miles de aventuras. Ahora de mayor, ha olvidado esos sueños. Pero nunca es tarde para recuperar la ilusión.