El arte de la fuga

Es una historia que pone los vellos de punta y que hace que te replantees muchos aspectos de la vida.

Cuando terminé el primer capítulo y comencé el segundo, me descoloqué muchísimo porque no entendía nada. Me sentía como Léo, el protagonista: muy perdida y sin saber qué estaba ocurriendo.

La verdad es que de este libro se puede hablar poco porque contar cualquier cosa sería destripar gran parte de la trama, por lo que creo que me centraré en describir cómo me ha hecho sentir su lectura.

Lo he pasado mal, no lo voy a negar. Es una historia truculenta no apta para todos los públicos. Hay mucha sangre, situaciones que han hecho que me replantee muchas cosas de mi vida y se tratan temas que me han hecho dudar de mi moralidad. Es una historia que pone entre la espada y la pared al lector sin remedio.

Eso ha sido lo que más me ha gustado. Ver cómo los personajes se van desenvolviendo en las situaciones que van surgiendo, sus reflexiones con las que he podido estar más o menos de acuerdo, sus decisiones y saber cómo se iba resolviendo todo me ha parecido muy interesante.

Lo que menos me ha gustado es la resolución de la trama. Me había esperado una forma diferente, bastante más cruda que lo que ocurre en realidad, pero también es cierto que no creo que le pegara ningún otro final mejor que el que tiene. Solo que, para mí, después de haberme puesto entre las cuerdas más de una vez durante su lectura, ese final me ha parecido un poco descafeinado para todo lo que ha ocurrido. Pero para eso gusto y colores.

Es un libro que hay que leer sabiendo de antemano lo que se va a encontrar. No es una historia bonita y romántica, todo lo contrario. Es un libro que va a remover por dentro buscando tus puntos flacos y explotándolos al máximo.

Si os gustan películas como Saw, este libro os va a encantar seguro.