En cuanto a la cama, la verdad es que siempre fue mi sueño acabar entre sábanas propias, pero, aunque tengo medios para adquirirlas, no quiero empezar a comprar cosas, pues no poseer nada es una de las facetas de la libertad. No poseer nada, no desear nada, es hacerse inmune a los peores golpes del destino. Pero, a la vez, es una suerte tener dinero suficiente, y sentir con ello que uno puede conseguir cosas, si lo desea, pues en ello consiste la independencia, que es otra de las facetas de la libertad.