Estos relatos demuestran que la escritura de ciencia ficción es un gran ejercicio de empatía. Las escritoras de esta colección imaginaron nuevos mundos a partir de la comprensión y la solidaridad hacia otros seres, quizás a partir de saberse ellas mismas representantes de cierta otredad en su época. Los cuentos aquí contenidos reafirman que mover el centro convencional de las historias que contamos no solo refresca nuestras narrativas, sino que nos invita a mover nuestro propio centro y vislumbrar así nuevas discusiones y formas de vivir en comunidad.
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