La glándula de Ícaro: El libro de las metamorfosis

Estando muerto, podría haberlo amado, añorado, haber preservado su recuerdo. Estando vivo, era un cabrón y un traidor, había que olvidarlo para siempre.

Las auténticas canciones de cuna son siempre aterradoras.

Sólo de madrugada Siti me escupe al sueño, después de haberme chupado la sangre.

Habéis jugado con la libertad del individuo. ¿Y dónde está ahora ese individuo libre?

Como la rúbrica de un dios. Como la huella de un refinado insecto zapatero sobre la superficie de un lago de mercurio.

Había algo muy raro en su mirada, la triste convicción de que el fuerte tiene todo el derecho a destruir el mundo del débil.

Que tome su sangre y se sacie; no siento ninguna lástima de ellos. Durante demasiado tiempo ya ha renunciado al alimento.

Sé lo que está gestándose ahí dentro, en las tinieblas

En todos los pueblos las nanas son siempre inquietantes: si no te duermes, morirás

...a los hombres y a la naturaleza esta ciudad los ha devorado y los tritura sin cesar