He de reconocer que hasta que no comencé la lectura de "La diagonal Alekhine" nada sabía de Alexander Alekhine. Así que, tras terminar la novela y, viendo que Arthur Larrue, su autor, tampoco profundiza mucho sobre la vida de este señor, he buscado por ahí, internet, algo más. Aleksandr Aleksándrovich Alekhine fue un jugador de ajedrez nacido en Moscú en 1892. Aprendió a jugar cuando tenía siete años y con once ya comenzó a jugar en serio. Alekhine se graduó como abogado en 1914. En 1909 logró el título de Maestro de Ajedrez de Rusia. Tenía tan solo 16 años y ya consiguió situarse como el tercero en el escalafón de los grandes maestros del ajedrez mundial. Tras la revolución rusa de 1917, Alekhine tuvo que huir de su país, encontrado asilo en Francia, cuya nacionalidad acabó adquiriendo. En 1927, en Buenos Aires, se enfrentó al cubano José Raúl Capablanca por el título de Campeón Mundial. Alekhine había estudiado a fondo la forma de jugar de Capablanca y sabía que no era tan perfecta. Acabó venciéndole y coronándose como el cuarto Campeón Mundial de la historia. Alekhine siempre tuvo serios problemas con la bebida, que sacaba a relucir lo peor de su carácter. Siempre achacó a ella la pérdida de su título en 1935 ante el holandés Max Euwe. Tras un primer intento por abandonar la bebida y el tabaco, en 1937 recuperó el título. Durante la Segunda Guerra Mundial, Alekhine dio muestras de antisemitismo y acercamiento al régimen nazi, lo que le granjeó el desprecio del mundo del ajedrez, agriándole definitivamente su carácter. Un trágico accidente puso fin a su vida en marzo de 1946, en Estoril; se atragantó con un trozo de filete y murió asfixiado. A su fallecimiento, Alekhine seguía ostentando el título de campeón mundial de ajedrez. Arthur Larrue comienza la novela en septiembre de 1939 cuando Alekhine, alcoholizado ya, se embarca en Buenos Aires junto a su esposa, la cuarta, con destino a Europa. Se instala en París y, ante la inminencia de la Segunda Guerra Mundial, se alista en el ejército francés. Una vez que Francia es invadida por los nazis, éstos tuvieron un trato deferente con él, participando en torneos y otras actividades ajedrecisticas promovidas por los alemanes. A partir de aquí Larrue comienza a divagar sobre Alekhine, del que va creando una imagen patética, que hace decaer el interés de la novela. Sobre todo porque no profundiza suficientemente en la vida del protagonista. La sensación final tras la lectura es que Alekhine fue un genio con muchas virtudes, pero, también, con muchas miserias. + Leer más |
Arthur Larrue, autor de "La diagonal Alekhine", envía un saludo a nuestros lectores.
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La increíble vida de Aleksandr Alekhine, conocido como «el sádico del ajedrez», «más inmoral que Richard Wagner y que Jack el Destripador», consagrado por el zar, perseguido por Stalin, esbirro de Goebbels.