El testamento de un lugar llamado tierra

Última entrega de la trilogía de las Tierras, y para mi la más floja de las tres. Totalmente centrada en las máquinas y su desarrollo después de separarse de los humanos, es la parte más reflexiva de las tres, donde gran parte de la obra se basa en conversaciones entre máquinas sobre si el futuro debe ser volver con el ser humano o no, como superar el estancamiento donde se han situado.

La historia situada casi 200 años que la segunda entrega, sigue planteando los problemas ya existentes en ésta, la sociedad de las máquinas no ha evolucionado, está completamente estancada, y las máquinas más conservadoras son las que ostentan el poder y promulgan leyes de control que paralizan la sociedad y su evolución, recordando una mezcla de mundo soviético y los años del Terror de la Revolución Francesa (no hay guillotina, pero si retención y desmantelamiento de máquinas que quieren el progreso).

El concepto de la historia está bien, el final sorprendente muy bien perfilado y pensado, pero la narrativa de esta tercera parte es más densa, en algunos momentos incluso se hace pesada y tanto algunos conceptos científicos, como tecnológicos del funcionamiento de las máquinas convierten algunos pasajes en muy abigarrados, que hacen la lectura poco fluida que sólo se agiliza en la parte final.

Una trilogía interesante en el concepto de tratar la relación humano-máquina y su posible evolución pero que va perdiendo fluidez en discusiones cada vez más profundas en detrimento de una trama más profunda.

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Culminación de una trilogía muy interesante sobre todo pensando que se escribió cuando los ordenadores personales y los teléfonos móviles eran casi una quimera.
En este último libro, tras la marcha de los hombres en busca de la Tierra original, las máquinas solas en Tierra 2 tienen que lidiar con desastres ecológicos y una posible destrucción de su planeta, la clave como en los dos primeros libros será la memoria de Balhissay, poseedora del testamento de la Tierra y posiblemente de las dos razas. ¿Será la solución de las máquinas ir en búsqueda de su creador, el hombre? ¿O será su aniquilación? Aunque no soy muy admirador de la literatura de ciencia ficción, me ha resultado muy entretenido y por supuesto la recomiendo, como todo lo que escribe Jordi Sierra i Fabra.