Echó a andar. Primer bajó la cabeza, perdió la mirada en el suelo. Después la levantó. Miró al frente. Y sí, se sintió libre. Por eso sonrió de oreja a oreja a pesar de las dos lágrimas que colgaban de sus ojos. |
Echó a andar. Primer bajó la cabeza, perdió la mirada en el suelo. Después la levantó. Miró al frente. Y sí, se sintió libre. Por eso sonrió de oreja a oreja a pesar de las dos lágrimas que colgaban de sus ojos. |
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