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Neal Shusterman nos presenta con su trilogía de la Guadaña un mundo utópico. Donde la muerte ha sido conquistada por los humanos y la era de los mortal han quedado atrás. Todo es controlado por el Nimbo, una identidad artificial que se asegura de que los derechos básicos son cumplidos. La corrupción y los escándalos son cosa del pasado. Solo una pequeña porción del orden mundial queda entregada el régimen de los humanos: la Guadaña. La organización que decide quién muere y quien no, controlando así el numero de la población en todo momento. Los segadores, entes de esta Guadaña llevan a cabo sus fibras (por que asesinato suena muy fuerte) y el requisito número uno para pertenecer a esta organización es no querer pertenecer a ella. Con esta historia Shusterman explora la idea de que el ser humano siempre será corrompible. Y que toda organización bajo su mando, por muy idealista que sea su moral, acabará corrompido en cierta manera. La historia empieza rápidamente, la distopía no es algo tan distante de nuestra sociedad actual como para darle mucho espacio de página, así que nos centramos en la idea principal de lo que va a ser el libro y el desarrollo de los personajes rápidamente. Después de esta primera parte muy introductoria entramos en una especie de recesión de acción que no para hasta el final del libro, cuando el gran enredo es desvelado. Todo se toma con un aire pausado y avanzamos poco a poco por la historia. En si la trama tiene unos cuantos giros muy predecibles, tiene algunos de originales, pero cualquier lector puede adivinar los acontecimientos que se desvelan. La historia se centra principalmente en los Segadores, como se entrenan y como son sus costumbres. Más que en el mundo distópico, dejándonos así muchos capítulos explicativos que sientan un precedente para lo que puede ser los siguientes, pero haciendo que este solo sea un inicio lento y con poca acción. El autor hace la contraposición de los dos ideales que pueden darse en la guadaña o las dos corrientes a seguir. Aquella que viene desde los inicios de la organización con ideales como la compasión y la consideración en un primer lugar. Y, la segunda, aquella con ideales más nuevo y revolucionarios que ven el trabajo desde una perspectiva más sangrienta y como una manera de escalar en el orden social. La trama de la trilogía es predecible después de este primer libro que se ha centrado en los novicios, los dos protagonistas que tienen sin duda caminos muy distintos después del final. Entre estos novicios surge una historia de amor, que de manera superflua condiciona la trama. El problema de este romance es la falta de espacio en página y el poco tiempo que se le da para desarrollarse, haciéndolo más una anécdota para el lector que una relación por la que luchar. Esto lleva la conclusión que muchas vences veis: el romance no es necesario en esta historia. Primero: no evoca al lector los sentimientos que debería. Segundo: No condiciona a la trama de forma radical. Tercero: una amistad bien escrita hubiera surtido el mismo efecto en la trama y no hubiera necesitado tanto espacio como el romance, haciendo así que, por el mismo número de páginas, estuviera mucho mejor desarrollado. Tan bien ha fallado el hecho de que la prueba final, la temida prueba final de los Segadores, fuera más que predecible para cualquier lector atento. Y que cualquier lector de fantasía/distopía puede augurar. Aun con todo esto la historia no ha estado mal a causa de que la premisa es muy interesante y el final queda abierto de manera que la segunda entrega parece prometedora. Enlace: https://www.youtube.com/chan.. |
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