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Hola, hace tiempo que no leía a este autor que me gusta tanto, lo descubrí con Everlost, un libro que os recomiendo mucho, pero ya se convirtió en un autor indispensable con Siega y Nimbo, sobra decir que están más que recomendados. Este autor siempre acaba por sorprenderme, él no nos muestra lo mismo una y otra vez, se reinventa con cada historia, además me parece perfecto que esté coescrito con su hijo, la verdad es que se complementan a las mil maravillas. En mis comentarios en Twitter os decía que no paraba de tener sed, y es que no puede ser de otra manera, llegué a beber más de 4 litros (Yo no bebo nada de agua en todo el día), con la lectura era inevitable, y es que los autores saben como hacerte llegar esa frustración que sufren los protagonistas y los habitantes de Carolina. Pensamos que lo peor es una plaga de zombies pero hay que saber que sin agua no se puede vivir, acabamos muriendo si el cuerpo no se hidrata. Esto hace que una vez que las bebidas se agoten en las tiendas, los grifos estén secos y no haya en kilometros y kilometros ni una gota, pues la gente se transforme, es parte de la supervivencia, el cerebro nos causa malas pasadas y acaba por aparecer lo peor del ser humano. Esta psicología nos la muestran los autores en todo su esplendor, y de manera única y de forma real, no se andan con chiquitas, nos muestran la maldad que puede llegar a pasar por la cabeza de alguien para sobrevivir, aunque también nos muestra que hay también a sacar lo mejor del ser humano, su humildad y sacrificio por el bien ajeno, aunque en menor medida. La narración es en primera persona, pero no tendremos solo una protagonista, aunque Alissa es la que comienza la historia. Iremos pasando de un personaje a otro, son en total cuatro y pese a que no nos caigan bien o nos caigan mal, veremos sus pensamientos plasmados, aunque a mí más de uno me daba más que una sorpresa. Y de eso está poblado el libro, las sorpresas son increíbles, además contra más se avanza más frenético se vuelve todo, más apocalíptico, hasta llegar a momentos en que pensé que nada podría salvarse. Por ello desde el primer momento he estado enganchada sin remedio, no he podido dejar de leer hasta llegar al final. Además también tendremos de vez en cuando otras historias de otros habitantes de California, ellos nos mostrarán otra cara de este desastre, también gracias a estas historias podremos saber mucho más de cómo se ha llegado a no haber ni gota de agua para la supervivencia, dando algo de intriga a la historia que me acabó encantando. Como podéis ver me ha fascinado lo nuevo de Neal Shusterman y su hijo, han hecho un gran trabajo, no todos los libros apocalípticos tienen que tener zombies o bombas nucleares. Me encanta como nos muestran como nuestro mundo puede llegar a ese punto, las restricciones de agua que hoy en día en algunas épocas vivimos las sentimos como algo que hay que pasar, no hacer caso, además en el norte no creo que mucho pero aquí en la zona de Almería y Granada sufrimos mucha sequía, algo que no tenemos en cuenta. Una lectura que me ha abierto los ojos a que estamos haciendo muchas cosas mal, que podemos llegar a ese punto de no tener ni agua para sobrevivir, dando a la lectura una sensación más de realidad y fatalismo, un futuro muy probable. Un libro más que recomendable, pero con una botella al lado, no es broma, os dará mucha sed. Enlace: https://rubiesliterarios.blo.. |
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