Cuando una bruja cumple trece años es el momento de invocar a su gato, el espíritu guardián que la acompañará y ayudará con los asuntos mágicos a partir de entonces. Cada gato, como su bruja, es un mundo: los hay de todos los tamaños, colores y edades, y también con todo tipo de carácteres. Ellos también hacen su propia magia y además pueden transformarse en una versión humana de sí mismos. ¿Quién no querría a un adorable gatete como compañero de hechizos? Las protagonistas de estas historias cortas (pero entrelazadas entre sí) están deseando conocer a sus gatos, pero entre miedos y emociones, no saben qué esperar… O directamente se esperaban otra cosa diferente a lo que acaba saliendo. Pero al final, tarde o temprano, gatos y brujas están destinados a entenderse. Cada capítulo está dedicado a una de las alumnas de la escuela de magia y a través de su trama conocemos un poco del pasado, los miedos, inquietudes y aficiones de este grupo de amigas. Y ellas conocen a sus gatos, claro; lo cual representa un pequeño conflicto al principio que se va resolviendo con el descubrimiento propio y mutuo. Son historias coming-of-age con un toque de moraleja que a lo mejor pueden pecar de ser un poco cursis o moñas en algún momento, pero a mí no me ha molestado en absoluto y me parece que está bien llevado el tono emocional con momentos más ligeros o cómicos. Este manga es lo más entrañable y cuqui que he leído en mucho tiempo. La combinación de brujas y gatos me hizo ojitos desde el principio, pero no sabía hasta qué punto me iban a llegar a la patata estas historias. Porque quizá fue cosa de que me pilló en un día excepcionalmente sensible, pero no me avergüenza reconocer que se me cayó la lagrimita emotiva con las primeras historias. En resumen, un manga autoconclusivo de lo más adorable que os dejará el corazón calentito, sobre todo si os gustan los gatos y os apetece una historia bonita y optimista. + Leer más |