La desaparición de Majorana

Ser sumamente inteligente, sensible y con una importante capacidad de observar la realidad con perspectiva puede ser un problema cuando tu trabajo podría estar relacionado con los avances de la física aplicados a adquirir algún tipo de avance en el terreno militar.

Ettore Majorana era un importante científico siciliano nacido en 1906 que desapareció en Marzo del año 1938 tras haber anunciado su intención de suicidarse, cosa que nunca se pudo demostrar y que dejó en el aire muchos interrogantes que nunca han logrado esclarecerse.

Pertenecía a un grupo de científicos italianos capitaneados por Enrico Fermi, premiado con el Nobel de Física en 1938, que pese a no mantener una relación cordial con Majorana tenía en gran consideración a su colaborador, llegando a considerarlo a nivel de Galileo o Newton, aunque con la coletilla de que tenía falta de "sentido común".

Es esta particular manera de afrontar su labor y relacionarse con sus compañeros, la que propició que se agrandará su leyenda a raíz de su desaparición y no faltará quien considerará que había sido lo suficientemente clarividente para evitar participar en descubrimientos que pudieran acarrear consecuencias incontrolables.

Leonardo Sciascia consigue en la primera parte del libro hacer un perfecto retrato de las cualidades personales y profesionales del personaje, para después pasar a relatar las circunstancias de su desaparición y las diferentes teorías sobre su volatilización. Muestra un gran nivel narrativo y consigue mantener el interés en un caso que hoy por hoy sigue estando de actualidad (estrenada recientemente una película sobre Oppenheimer y sus conflictos mirales) y hace tiempo Franco Battiato escribía en su tema Mesopotamia: "Me gustan las elecciones radicales,
la muerte consciente que se autoimpuso Sócrates
y la desaparición misteriosa y única de Majorana".