Campos de gloria: Atila desafía al Imperio romano

¡Por las barbas bajeras de Júpiter que Santamaría ha encontrado remedio contra las liendres de su prosa!

Algún huevecillo suelto, pero la ingle brasileña de su última novela, ¡voto a Pólux!, le quedó elegante y aseadita.

Y como no se baja del caballo de su tensión narrativa adictiva, Posteguillo tiene un nuevo aliento en el cogote.

Campos de Gloria cierra la trilogía ( aunque daba para otro libro, no será posible) de aquellos godos que mucho tuvieron que ver con la caída de Roma.

Éramos pocos y llegaron los hunos, con el azote de Dios por bandera. Don Atila rey de los más bárbaros entre los bárbaros.

Frente a ellos, el imperio romano, que se desmorona gracias a eunucos y senadores demasiado ambiciosos y Valentiniano III, tan cruel como inútil.

Pero como los tontos ( que gran Borbón hubiera sido) suelen tener una flor en el culo, ahí está el general Aecio, que pasará a la historia como el último gran guerrero de la ciudad casi eterna ( que no es por nada, pero allí donde estaba el circo máximo, hay hoy un descampado donde cagan los perros la mar de a gusto)

En medio, los godos de Teodoredo y sus angelicales hijos viendo llover. Disfrutando de las riquezas tras el saqueo del gran Alarico.

Dibujado el cuadro geopolítico ( palabro que entonces no pronunciaban, pero que practicaban con gran maestría) el autor diseña un entramado de conspiraciones, alianzas e intrigas que saciará al glotón lector.

Todo esto nos conducirá inexorablemente a la batalla de los campos cataláunicos ( Francia, Cataluña no estaba en los mapas de aquellos cartógrafos)

¡Y que batalla!

Amén de seguir al dedillo el manual del buen narrador en estas lides, Santamaría da voz al soldado anónimo, relatando la muerte de alguno de ellos, y que precio tiene la gloria para quienes les esperan en casa.

Magistral en toda su amplitud, por lo que relata y como lo cuenta, porque conserva la técnica y mejora su escritura.
Por mantenerme enganchado a un libro que me duro tres atardeceres y por juntar romanos, hunos y godos en un texto breve para la novela histórica ( 400 páginas) donde reduce densidad y aumenta adrenalina.

Marte ha muerto. ¡ viva Dios! ¡ viva Pedro Santamaría!

Aunque los tres libros son auto conclusivos, siguen un orden secuencial en el tiempo y algunos personajes, bien por referencias, bien físicamente, se comparten.
Por tanto recomiendo la lectura en su orden que no es otro:

Godos
El saqueo de roma
Campos de Gloria.