Por una parte, estaba la vida tal y como yo la conocía; por la otra, tal y como ella me la mostraba.
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Por una parte, estaba la vida tal y como yo la conocía; por la otra, tal y como ella me la mostraba.
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Me había cansado de repetir las palabras que ellos quieren oír. Ernesto lo dice siempre: "Las palabras son importantes, Maddalena. No se puede hablar sin pensar. Las palabras dichas sin pensar son peligrosas". Y tiene razón. Las palabras son poderosas.
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Es difícil quitarse de encima el cuerpo de un muerto. Lo descubrí a los doce años, con la nariz y la boca ensangrentadas y las bragas enredadas en un tobillo. |
Tuve la sensación de volver a respirar cuando él dejó de hacerlo.
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Ser mayor, ser mujer, quizá fuera eso. No era sangrar una vez al mes, ni los comentarios masculinos o la ropa bonita. Era cruzar la mirada con un hombre que te decía «Eres mía» y responder: «Yo no soy de nadie».
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Ser mayor, ser mujer, quizá fuera eso. No era sangrar una vez al mes, ni los comentarios masculinos o la ropa bonita. Era cruzar la mirada con un hombre que te decía “Eres mía” y responderle: “Yo no soy de nadie”.
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Las palabras son importantes. No se puede hablar sin pensar. Las palabras dichas sin pensar son peligrosas. Las palabras son poderosas.
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Yo contigo me siento a salvo.
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Las palabras son peligrosas si las dices sin pensar.
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Las palabras-respondió-. Las palabras son peligrosas si se dicen sin pensar
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¿Quién es el autor/la autora de Episodios Nacionales?