Hay lugares que estando asentados en un territorio especifico poseen un espectro de intrascendencia sobre ellos, que los convierte en lugares ignorados para la inmensa masa, que aunque tenga habitantes que recorran su corta extensión transmiten una enorme sensación de abandono, de esto es lo que trata principalmente esta historia, del abandono y sus múltiples variedades, del dolor que causa y de la forma en que este va aniquilando los sueños, las vidas, la niñez, infancia encarnada en Isa, su protagonista que conversa con las paredes, que anhela el afecto de su padre y que al estar con los habitantes de ese pequeño territorio olvidado, sus palabras se transforman en las de un adulto, o un niño envejecido a la fuerza y las de ellos, en las palabras de adultos que aún guardan el recuerdo de una infancia, una dolorosa, pero en la que aún se permitían soñar. El abandono del estado, el abandono del padre, el abandono de los lugares que se sentían propios, el trabajo diario que ofrece algo a los demás como moneda de cambio con la que se pude entregar afecto, pues las palabras y las caricias fueron robadas por el paso del tiempo en aquel lugar en el que las historias son continuas, aunque todo parezca estático. + Leer más |