Esta herida llena de peces

La historia de una madre, mujer blanca, que lleva a su hijo, un bello negrito (de crianza) a ver a su madre biológica, la madre nos relata el camino que deben recorrer a través del río Atrato, en uno de los territorios más abandonados por el estado y afectados por la violencia de guerrillas y paramilitares en Colombia, como es Quibdó; con palabras sencillas, nos relata vivencias y recuerdos atados a las costumbres locales del día a día, y como a través de un lenguaje pintoresco, tierno y amoroso, el corazón de una madre que ama a su hijo, sufre por la manera como deben ser las cosas "Gina y yo somos madres incompletas, ella lo parió y no le dió nada, yo no lo parí y le di todo"; con el avanzar del relato, atravesamos varias poblaciones y vamos conociendo la linda relación entre madre e hijo, pero también conocemos sólo con pequeñas pinceladas, las necesidades y luchas que tienen estas poblaciones que viven a la ribera del gran río Atrato, fuente de vida y de dolor por igual, y única vía de comunicación entre las diferentes poblaciones, "el Atrato une mercados y separa personas, el río lava la ropa, da de comer, sostiene niños, baña mujeres, esconde muertos. El río no discrimina : bendice y ahoga" "el río es testigo de llantos y sangre, nacimientos y muerte, salidas y llegadas" . El final es mas triste de lo que pudiéramos prever, pero es un reflejo de la crueldad y de la realidad que han sufrido estas poblaciones. A algunos el final le parecerá algo inverosímil, que no cabe en la historia que veníamos leyendo, pero la verdad es que este cruel y desgarrador final, está basado en hechos reales, ha formado parte de la realidad de muchas personas y familias campesinas que se han visto afectadas por la guerra de dos bandos igual de crueles y egoístas, guerrilla y paramilitares, todo ante la inercia de un estado indiferente al dolor y crueldad que se vierte cada día en los ríos de este país tan golpeado por la violencia. "balas en vez de pájaros, gritos en vez del canto de las ranas, y el mismo sol que calienta un pase, calienta la guerra, se cuela por las ventanillas altas de la iglesia, se une al pánico y nos cocina adentro con el terror"

La maestría con la que la autora trenza las visiones, los pensamientos, la exploración personal de diferentes temas como el arraigo, la maternidad, el territorio, la pertenencia, la denuncia social y política para entregarnos una historia cargada de reflexiones, de sonrisas, pero también de dolor matizado con un hermoso uso del lenguaje, hace de este libro una de las mejores experiencias lectoras que deja grabado en el pensamiento y la imaginación muchas de sus escenas y diálogos, a pesar de cerrar el libro no podemos bajarnos de esa lancha que recorre el río Atrato juntos con sus protagonistas.
Acompañar a una mujer blanca en un territorio negro, que lleva a su hijo negro en búsqueda de su madre negra, que es su madre biológica, la que busco defenderlo del mundo. Pero quien realmente lo ha salvado es esa mujer de piel demasiado clara para ese territorio que ahora recorre en lancha, llevando a ese pequeño que la reconoce como madre, en un viacrucis de juegos para matizar la realidad y de tormentos mentales que llegan de los recuerdos dolorosos mezclados con la incertidumbre de una perdida latente.
Es allí en esa lancha que recorre las oscuras aguas del río Atrato en el Quibdó, en la que nos convertimos en pasajeros y testigos, del dolor de un pueblo, del dolor de una mujer convertida en madre a la fuerza, del descubrimiento del mundo a través de los ojos de aquel niño, que, sin comprenderlo del todo, encuentra alegría en saber que tiene dos madres que logra juntar en una sola gracias a la belleza del lenguaje, MA-má.

ESTA HERIDA LLENA DE PECES
Esta herida llena de peces es el río Astrato (en el Chocó, Colombia).
Es un viaje por el río que atraviesa la selva colombiana, descrita de una forma tan bella que no solo te traslada a ella, sino también te contagia su amor por aquella tierra, aunque tenga sus pinceladas de dolor o resentimiento a aquellos que la envilecen, que la invaden de violencia.
Una madre y un hijo embarcan en Quibdó hacia Bellavista, en busca de la madre biológica de su hijo de piel negra a pesar de que ella es blanca. Señalo esta circunstancia porque la autora también lo hace, poniendo en primera línea esas diferencias raciales, físicas y culturales con gran parte de la población de la zona, su admiración hacia aquellas personas y su deseo de ser como ellas en algunas ocasiones.
Se aúnan en la historia la naturaleza, río y selva, la maternidad y sus formas, y, casi de soslayo, el conflicto entre grupos armados y como esto repercute en la población.
Es de esos libros embaucadores cuyo final termina rompiéndote por la mitad.

El tema de la maternidad siempre será un tema que levante ampolla, pues una sociedad como la nuestra, se considera que ese instinto maternal y eso dolor de madre solo es para aquellas mujeres que llevan un hijo en el vientre.
Con Esta Herida Llena de Peces, Lorena nos lleva por ese recorrido doloroso pero hermoso de ser madre, por haber criado y educado a un niño, más aún cuando sus colores de piel son totalmente distintos. Ser madre no es solo parir es enseñar, educar y amar de manera incondicional tal cual como sucede con nuestra protagonista.
Lorena nos lleva por todo el hermoso rio Atrato en un viaje de desapego, del dolor que puede causar la entrega de un niño que no era de ella a su madre biológica, un dolor desgarrador como si le arrancara un pedazo de piel.
Este viaje me regalo sentir el rio Atrato, me senté al lado de la protagonista, sentí los olores, saboreé las comidas, sentía la humedad de esa zona tan agreste y olvidada por un Estado.
Descripciones perfectas, hermosas y ante todo la entrega de una mujer a un niño que por azares del destino llego a su vida para llenarla y complementarla.
Con un final desgarrador y doloroso para todos los protagonistas.
 
Los más doloroso fue recordar el ataque a Bojayá algo que nunca debió sucede.
 
Esta Ópera Prima es valiosa, hermosa y nos enseña que para ser mamá no se necesita engendrar.

Nunca he viajado en lancha por un río, probablemente nunca lo haga. Mi tío, el que más me gustaba, que le tenía miedo al agua, se ahogó el amazonas. No soy madre de ningún niño, probablemente nunca lo sea. Leer a @lorenasalazarmasso, sin embargo, es viajar por el río, recorrer el Atrato, sentir y sufrir la maternidad.
Que libro tan hermoso y duro, durísimo. Refleja el dolor una madre con miedo, del país, del río. Remueve lo que no sabíamos que podía removerse, descubre lo que no sabíamos que queríamos conocer. Y todo esto antes de que aparezca, incluso, el país que se esconde en el libro, un país que duele.
Este libro inaugura la nueva colección de @angosta Opera prima, que busca nuevas voces de la literatura. Una edición hermosa que le hace justicia a la novela que contiene. Lo compré sin saber nada de él, pensando en las escritoras que ya han publicado y que me han gustado. No me equivoqué.