Ser grande es aprender a leer el reloj para decir: ya casi.
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Ser grande es aprender a leer el reloj para decir: ya casi.
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Tener un hijo es buscar, todo el tiempo, formas de explicar el mundo. Poner en palabras cosas terribles, milagros, presentimientos. Hablar de dinosaurios sin tener ni idea.
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Una hamaca obliga al abrazo, al perdón: entre más intentas alejarte, más te pegas. Estuve, todos estos años, meciéndome en una hamaca con un niño prestado y en medio de tanta felicidad intentaba no apegarme, su madre aparecería como la noche, imposible de negar.
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A la sombra es doloroso. Soledad, miedo, hasta una madre primeriza tiene que acunar al bebé con la soltura de una madre experta, como si cargara una libra de azúcar o una papaya. Mentir. Rezar. La madre desvelada piensa que tanto sacrificio se compensará con el bebé que será un buen niño y adolescente que llegará a la cima de sus días y envejecerá a su lado, porque ella es la madre, la dueña.
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Nunca pensé tener un hijo. Parir amarga y cierra a las mujeres, las convierte en madres egoístas, cangrejos impenetrables que se esconden en un exoesqueleto desde el que atacan con tenazas afiladas. Madre o mujer; a ninguna madre se le perdona que quiera ser mujer después de un hijo: arreglarse, ir a bailar a una caseta, pintarse la boca está prohibido (…)
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Quiero despertarlo, decirle las palabras que nunca le digo, que no me atrevo a pronunciar porque no es mío. Que le queda bien la gorra, que está más grande, que los dibujos que hace son los mejores de su salón: que es un artista. Eso dice más que «te amo».
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Los niños establecen reglas inquebrantables. Me someto a su ley. A cambio le pido que haga las tareas antes de salir a jugar. Lo preparo para una vida llena de intercambios. Nos vamos educando mutuamente. Yo le enseño a ser y él me ayuda a deshacerme, a vivir bajo nuevas formas, señales que nadie comprendería.
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Una madre que cuida y calma a otras madres para que puedan velar por sus hijos, una madre que lo perdió todo y no quiere que nadie más pase por lo mismo.
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Gracias por dejarme vivo un niño, que será el orgullo de estas mujeres que le han dado la vida, cada una a su manera. Perdóname por haberlo dejado un día y que me perdone el niño y me perdone ella, quien fue su refugio y lo levantó con mucho esfuerzo vendiendo flores (…)
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Duele, todo duele: que el niño se quede, que se vaya. Tener un hijo es garantía de sufrimiento y ella tuvo cuatro.
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Cual es el nombre completo de Dumbeldore?