Esta herida llena de peces de Lorena Salazar Masso
Una hamaca obliga al abrazo, al perdón: entre más intentas alejarte, más te pegas. Estuve, todos estos años, meciéndome en una hamaca con un niño prestado y en medio de tanta felicidad intentaba no apegarme, su madre aparecería como la noche, imposible de negar.
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