Septimus y el hechizo imposible

La autora va plantando elementos que tienen importancia más adelante, o quedan sin resolver al principio, pero que retoma al final. Además, va encadenando un acontecimiento tras otro para que la trama nunca se detenga.Tras el prólogo, donde descubrimos que Simon Heap rescata el esqueleto del nigromante DomDaniel con malas intenciones, Septimus y el hechizo imposible se divide en dos partes. En la primera, Simon secuestra a Jenna delante de todos, que no se creen que la haya raptado, y Septimus va en su busca. Tras varias aventuras muy entretenidas, a mitad de la novela los personajes deben viajar a casa de la tía Zelda, donde se reencontrarán con el Barco Dragón, para más adelante regresar a la ciudad, donde les esperarán más problemas. Vuelve a mostrar un mundo tremendamente imaginativo con ideas muy divertidas: fantasmas guardianes (que no guardan nada), cortadoras de césped hechas con lagartos, un peculiar juego de mesas con fichas con vida propia, túneles de hielo en el subsuelo…
Aparece de nuevo la rata mensajera, hay un hechizo, que se creía perdido, para poder volar, y lo que Septimus pensaba que era una piedra, resulta que es el huevo de una mascota de la que no se podrá librar. La Maga Extraordinaria está de mal humor, porque una sombra, llena de magia oscura, cada vez está más cerca de ella. Para liberarse, Marcia está construyendo una jaula donde encerrarla, pero es un proceso muy lento ya que necesita que cada pieza tenga un hechizo concreto creado por el profesor van Klampff. En cuanto Simon rapta a Jenna, la historia se divide en dos, y se van alternando las dos tramas. Por una parte, Simon esconde a su hermana en la cueva de un gusano gigante, y por otra, Septimus va en su búsqueda, donde encontrará a sus asilvestrados hermanos y a un antiguo conocido. Uno de mis momentos favoritos, ocurre cuando toda la prole Heap va al puerto y busca hospedaje. Solo diré que implica una casa de brujas y una pensión regentada por una loca obsesionada con muñecas. Es divertido la forma más tonta en la que los Heap se meten en problemas. Me gusta la escena en los túneles de hielo y, sobre todo, la resolución de la sombra que acosa a Marcia. Es sorprendente, divertida y angustiosa al mismo tiempo.