Reconozco que cuando vi la primera vez este título tuve que buscar lo que era un Hipogeo (debería empezar a hacer crucigramas para aprender o reaprender palabras poco utilizadas en mi ámbito) pero cuando lo supe, “Construcción subterránea o excavada en una roca con techos abovedados, que algunas civilizaciones antiguas utilizaban como lugar de enterramiento”, llamó mi atención porque siempre me han gustado los libros de aventuras tipo Matilde Asensi y este sin duda apuntaba maneras. Tuve la suerte de que me tocó en un sorteo así que poco tiempo después me lancé a ver qué había detrás de esa puerta subterránea. Esta historia tiene la peculiaridad de que está escrita en primera persona y contada por nuestro protagonista Vicente, un ibicenco huérfano que tuvo la suerte de encontrar en su vecino Antonio un nuevo abuelo, ya que se hizo cargo de él cuando sus padres murieron de forma repentina y extraña. Antonio y Vicente, comparten como hobby, además de la alfarería, ayudar en las excavaciones que se están haciendo en la isla. Aunque esta manera de narrar suele descolocar a mi me encanta porque no es muy habitual pero te hace sentir en ocasiones que tú mismo eres el protagonista de la historia. El libro comienza cuando Vicente ve un día como un ladrón entra a robar en casa de Antonio y a partir de aquí este novel autor elabora una serie de tramas cuyo nexo de unión no siempre es evidente pero que conoceremos al llegar al final. Raúl juega con el lector al despiste durante toda la historia, de hecho, inicialmente yo tenía la expectativa de encontrar en Antonio y Vicente una especie de Indiana Jones y su padre y no he encontrado exactamente esto ya que la trama pega un giro total y lo que parecía deja de parecer. ¡Qué difícil es a veces hacer reseñas sin desvelar nada! Personalmente me ha gustado y me ha entretenido, lo he leído con plena consciencia de que era la primera obra de Raúl y me he centrado en la historia y su coherencia. Todo queda bien hilado al final y quizás lo único que me hubiera faltado es saber un poquito más de lo que pasa con Heidi en una de las últimas subtramas que nos encontramos. ¡Ah! Y en dos ocasiones juré en arameo cosas feas al autor por cosas que pasan en el libro (no me lo tengas en cuenta Raúl jajajja). Destacar la imaginación y las ganas. He podido pasear por Ibiza sin haber estado nunca y sentir el sol y el salitre en la piel. Los personajes están bien construidos y las relaciones entre ellos también. Hay personalidades para todos los gustos. Antonio y Lucía me han parecido adorables, con María tengo sentimientos encontrados y creo que es un poco “tonti”. Con Vicente también he tenido mis más y mis menos ya que al principio pensaba que era un chaval sin oficio ni beneficio, vamos un NINI y me hubiera venido bien saber su edad para ubicarle. Quizás le falte algo de soltura y naturalidad en los diálogos y ha querido meter demasiadas aventuras dentro de la misma historia, pero se le perdona porque el libro mantiene la tensión en todo momento y se hace bastante ameno. Varias veces te saca un ¿Cómo??? ¡Argggh! ¡Ohhh!. Sin duda voy a seguir de cerca a este autor. Raúl, estoy deseando conocer tus nuevos proyectos! + Leer más |