Una forma de estar lejos es la distancia física, esa que se puede romper con un tiempo, más o menos largo, de coche, tren o avión. Pero la lejanía física no siempre supone estar lejos, como no implica cercanía el tener a alguien al lado, siendo quizá esta la forma de estar lejos más dolorosa. Esta novela cuenta la relación de Alicia y Matty. Ella es una chica vasca que se ha ido a Estados Unidos, y es allí donde conoce a quien se convertirá en su marido, y donde también desarrollará una brillante carrera que la llevará a trabajar en la universidad. La relación no pinta bien desde el principio debido a ciertos comportamientos que se atisban en Matty. al lector se le anticipa lo que sucederá entre ellos y, a lo largo de la novela, será testigo sufridor de las palabras y hechos de un marido despreciable que consigue que su mujer vaya sintiéndose cada vez más pequeña. Y crece la distancia entre ellos a pesar de la cercanía física, igual que el miedo en Alicia, fruto del insulto, del desprecio, de la violencia. Pero hay otras formas de estar lejos que aparecen en este libro y que ocurren a nuestro alrededor: la falta de empatía, el mirar para otro lado para no querer ver lo que no debe dejarse pasar; incluso la xenofobia. Porque nos alejamos de los demás si no los ayudamos, si no los integramos, y a la vez nos alejamos de nosotros mismos. Una lectura que me ha gustado. ¿Por qué? Porque me ha incomodado, cabreado; me ha hecho revolverme contra quienes no miran, contra quien no quiere que los demás, que las mujeres, que su propia mujer sea libre y va ejerciendo su violencia para que el miedo, desde dentro, la vaya consumiendo. Un libro para no alejarse de lo bueno y huir lo más lejos posible de lo malo. Para acercarse a los lugares seguros, a las palabras, caras y abrazos que nos hacen bien y que no debemos perder. Y para entender que hay gente que sufre detrás de aquella ventana, en ese otro edificio, en el barrio de al lado, y no se debe mirar hacia otro lado. Enlace: https://www.instagram.com/p/.. + Leer más |